El dinero fluía. Viajaba de un lado a otro. Desde distintos puntos de Uruguay y del mundo, los inversionistas engrosaban con su capital las cuentas bancarias de Conexión Ganadera (CG) en diferentes bancos de plaza. De ahí partía, raudo, al ritmo de un clic, hacia las cuentas personales de los accionistas en Uruguay y en el exterior. Una parte de ese dinero terminó en España. Este destino es clave en la investigación por el desfalco financiero de CG, una de las empresas más lucrativas del mercado rural.
El fiscal Enrique Rodríguez pedirá, en los próximos días, la imputación de Ana Iewdiukow, esposa de Pablo Carrasco –cara visible del negocio de CG– por lavado de activos, tras detectar el envío de dinero desde las cuentas de Hernandarias XIII hacia una cuenta personal del matrimonio en Españ...
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