Dos flamantes espacios expositivos en la Ciudad Vieja de Montevideo abren nuevas y auspiciosas posibilidades para las artes visuales y plásticas.* Surgen en un momento en que las iniciativas privadas de las galerías son muy escasas y el mercado del arte se encuentra en recesión, por lo que no deja de ser una noticia más que alentadora para los artistas uruguayos. Ambos espacios son de entrada gratuita y coinciden en la singularidad de poseer amplios ventanales que invitan a los transeúntes a pasar y a conocer la producción de los creadores aun antes de ingresar a los respectivos recintos.
Una de estas salas está situada en “la entrada” de la Ciudad Vieja, en la calle Ciudadela, en el complejo cultural de la Confederación Andina de Fomento (Caf), Banco de Desarrollo de América Latina. Acaba de inaugurarse allí la exposición titulada Estéticas urbanas, con obras de Fran Maya, David de la Mano, Matías Picón y Gustavo Jauge. Con la curaduría de Mariela Provenzali y Gustavo Tabares, la exposición lleva las prácticas del arte callejero al ámbito institucionalizado, aunque manteniendo, por las condiciones de la galería antes mencionadas, un lazo visible con y desde la calle. Los cuatro artistas poseen un nivel creativo que hacen innecesarias para el caso estas etiquetas de lo callejero y lo institucional y posibilitan un disfrute transparente, animado por el correcto montaje y el luminoso ámbito.
El otro nuevo espacio es la Sala de Exposiciones del Sodre, ubicado en la peatonal Sarandí, esquina Misiones. Es un punto neurálgico de la ciudad, y la amplitud del local, que provee espacios para obra escultórica y pictórica de manera generosa, resulta una bocanada de aire fresco ante la desaparición de las pequeñas galerías de arte que otrora colmaban la Ciudad Vieja. La ubicación propicia trayectos e itinerarios con otras salas y museos en la zona –el Museo Gurvich y el Museo Torres García se encuentran en línea recta sobre la misma peatonal–, por lo que es de esperar un mayor dinamismo, que el público turista y el vernáculo sabrá agradecer. Actualmente y hasta setiembre se exhibe la muestra Artistas uruguayos en el Sodre, que, pese al poco imaginativo título, ofrece obras de real interés de artistas ya consagrados en el medio. Distribuidas con un criterio de montaje un poco errático, se exhiben obras de los escultores Wifredo Díaz Valdéz, Rubens Fernández, Marcelo Gayvoronsky, Nora Kimelman, Eduardo Lapaitis Vaitkunaite, María Minetti, Ricardo Pascale, Octavio Podestá y Mariví Ugolino. En pintura se presentan obras de Javier Bassi, Miguel Battegazzore, Eduardo Cardozo, Pedro Peralta y Santiago Velazco. A diferencia de la exposición en el Caf, aquí las obras no fueron concebidas para la muestra, sino que se trata de una selección realizada entre piezas de autores en actividad pertenecientes a diferentes acervos públicos y privados. Y, si bien las obras escogidas son de buena y excelente factura, se echa en falta un guion curatorial que les otorgue una mayor coherencia interna y una unidad de sentido. Ya sean intencionados o azarosos, se generan naturalmente “diálogos” o dinámicas expresivas entre las piezas planas y las volumétricas, y también entre ambos grupos entre sí, con resultados a veces logrados y en otros casos, inexistentes. Por ejemplo, en el subsuelo se complica la distancia de apreciación de los cuadros por la ubicación de las esculturas enfrentadas a ellos, cuando lo conveniente hubiera sido un montaje en zigzag. En cualquier caso, estas son cuestiones pasibles de ser revisadas y mejoradas, datos menores frente al incontrastable logro de un local que, como pocos, proporciona un buen espacio para exhibir esculturas y obras de gran porte, ofreciendo a los artistas una vitrina de gran proyección en la ciudad.
* Caf, Ciudadela 1235, y sala de exposiciones del Sodre, Sarandí 450.