Costa Rica es conocida en el mundo por ser un país verde, dicen. Un país con compromiso ambiental, podría decirse de otra manera. O, más bien, un país con políticas públicas que buscan avanzar en temas ambientales globales.
«Es cierto», coinciden promotores y críticos de esa afirmación. Las políticas ambientales no son nuevas. En los años setenta se le dio impulso a la creación de parques nacionales, en los años noventa se creó la Ley Orgánica del Ambiente y en cada administración ha habido algunos hitos institucionales en este campo.
Pero al mismo tiempo «es falso», indican también propios y extraños, porque en cada administración hay puntos negativos respecto a la conservación y la gestión de la biodiversidad y la naturaleza.
Entre los aspectos positivos está el liderazgo que ostentaba C...
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