El desenlace parecía inminente. La Justicia italiana había dictado su condena a prisión perpetua por crímenes cometidos en el marco del Plan Cóndor, la coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur entre los años setenta y ochenta, y su detención era una posibilidad cierta. Por eso, decidió jugar sus últimas cartas para evitar terminar su vida en prisión.
En enero de 2020, el coronel (r) Pedro Mato Narbondo presentó un recurso de hábeas corpus ante los tribunales brasileños para suspender el proceso de extradición en su contra abierto tras el pedido de las autoridades italianas. Pero no tuvo éxito. El Supremo Tribunal Federal de Brasil rechazó el recurso, con el argumento de que no existía una orden de prisión preventiva en su contra. Sin embargo, Mato nunca pisó la prisión.
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