La Universidad de la República (Udelar) juega un rol fundamental en el sistema científico nacional, por ser el lugar donde se genera la mayor parte de la investigación que se realiza en el país, por darle empleo a la mayoría de los científicos activos, y porque allí se forma una buena parte de los futuros científicos. Esta realidad va a continuar en el futuro previsible: la Udelar seguirá siendo la fuente principal de generación de conocimiento, empleo y recursos humanos altamente calificados en ciencia y tecnología. Este protagonismo no puede dejar de ocultar sus debilidades: sólo una pequeña fracción de sus docentes tienen dedicación total, mientras que la gran mayoría subsiste en el multiempleo. Esto pone a la universidad pública en clara desventaja no solamente con universidades del primer mundo, sino con las universidades más importantes de la región, donde la carrera docente está completamente profesionalizada y se da por sentado que se los contrata con dedicación exclusiva.
Un poco de historia. La Universidad se creó con escasos recursos en torno a una serie de carreras profesionales, comenzando por jurisprudencia en 1849, medicina en 1876 y posteriormente las demás carreras que constituyen las profesiones liberales clásicas de nuestro país. Estas carreras se impartían en las facultades respectivas. Los docentes eran generalmente profesionales de esas mismas carreras contratados con cargos de unas pocas horas semanales, las necesarias para atender los cursos que tenían asignados. Más que por el salario, los profesionales que ocupaban esos cargos lo hacían por el prestigio que ello suponía para su carrera profesional. La Universidad así estructurada resultaba muy económica en masa salarial, estaba orientada exclusivamente a atender sus necesidades de dictado de cursos y prescindía casi completamente de la investigación. Ésta quedaba reducida a una actividad amateur llevada a cabo por docentes y estudiantes en sus ratos libres, agrupados en algunas cátedras de las facultades tecnológicas y medicina y en la Facultad de Humanidades y Ciencias, creada en 1945.
En la década de 1950 se crea en la Udelar el régimen de dedicación total (Rdt), primer paso para la profesionalización de la carrera docente, permitiendo que el profesor pudiera cumplir cabalmente con los otros cometidos establecidos en la ley orgánica: investigación y extensión, además de atender las tareas habituales del dictado de cursos. El problema es que el Rdt fue visto por mucho tiempo como un “premio” para los docentes altamente calificados con un proyecto de investigación, más que como el régimen natural de todo docente que accede a un cargo en la Udelar por concurso de libre oposición. El Rdt prácticamente desapareció durante la dictadura, por lo cual, cuando se restableció la democracia en 1985, la Udelar contaba con muy pocos docentes en Rdt.
La situación actual. No hay duda de que la udelar ha dado pasos importantes en la profesionalización de la carrera docente desde 1985 a la fecha. Sin embargo, a pesar del incremento del número de docentes en Rdt, éste sigue siendo insuficiente. Antes de continuar, aclaremos que la Udelar tiene una carrera docente que va del grado 1 al 5. El grado 5 (profesor titular) corresponde a la máxima categoría. Se descarta del análisis que sigue el grado 1 (ayudante) por ser de iniciación, ocupado generalmente por estudiantes avanzados o egresados recientes. Por esta razón, salvo casos muy excepcionales, los docentes grado 1 no acceden al Rdt. Asumiremos en lo que sigue que la carrera docente comienza efectivamente en el grado 2. El porcentaje de docentes con grados 2-5 en Rdt en la Udelar es globalmente del 12,9 por ciento. Los docentes que no gozan de este régimen tienen una carga horaria semanal promedio de 23,6 horas.
El salario docente resulta medianamente competitivo con lo que ofrece el mercado (público y privado) sólo con el complemento del Rdt. En la Tabla I se muestra el salario de un docente de 30 horas semanales, entre los grados 2 y 5. Como se ve en la tabla, los salarios no resultan especialmente atractivos para retener a un joven que ha dedicado años a su formación de grado y posgrado. Sin embargo, con el Rdt los salarios de Tabla I se multiplican por un factor de aproximadamente 2,6 llevándolos a montos más competitivos con lo que ofrece el mercado.
En la Tabla II se muestran los porcentajes de docentes en Rdt en los distintos servicios y la carga horaria promedio de los docentes fuera del Rdt. Del análisis de la tabla se pueden destacar los siguientes aspectos: 1) Existe una gran disparidad dentro de la Udelar, 2) En general el porcentaje de docentes en Rdt está correlacionado con la carga horaria promedio. De aquí se puede deducir que hay servicios muy carenciados con cuerpos docentes de escasa dedicación horaria. 3) Aun en los servicios donde el Rdt y la alta dedicación horaria están más consolidados, éstos están lejos de los guarismos que uno esperaría para una universidad de primer nivel. La Facultad de Ciencias es la única en que el porcentaje excede (apenas) el 50 por ciento, en todas las demás está sensiblemente por debajo. Llama la atención el Hospital de Clínicas por su enorme número de docentes (508) y escaso porcentaje en Rdt. Esto desnuda una realidad: la poca investigación actual en el área de la medicina clínica en la Udelar y en el país en general, que contrasta con la situación en el pasado que supo contar con investigadores ilustres de la talla de Roberto Caldeyro Barcia y Hermógenes Álvarez.
Desafío para nuevos gobiernos. Desde el gobierno mucho se habla de la sociedad del conocimiento. En particular el doctor Tabaré Vázquez durante su campaña presidencial se comprometió a incrementar sustancialmente el presupuesto en ciencia y tecnología, llevándolo a un 1 por ciento del Pbi al final de su mandato. Sin embargo, para que el incremento tenga un impacto beneficioso, debe incrementarse la cantidad de investigadores, que hoy rondan los 1.600 en el Sistema Nacional de Investigadores (Sni). Esto representa aproximadamente el 1 por mil de la población económicamente activa. En comparación, Argentina, por ejemplo, tiene el triple, y en Estados Unidos es 9 veces superior.1 Si nos planteamos como objetivo razonable llevar el número de investigadores a 3.000 en la próxima década, un número que permitiría atender el crecimiento de la Udelar en Montevideo y particularmente en el interior, además de atender la creación de nuevos institutos de investigación extra universitarios y la inserción de científicos en el ámbito público y privado, la Udelar deberá establecer un programa sólido de posgrados que refuerce y expanda otros programas en curso (en particular el del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas, Pedeciba). Su fortaleza estará indefectiblemente ligada a la generalización del Rdt. No se puede concebir un programa serio de posgrados donde los docentes vivan del multiempleo, orientando tesis en sus ratos libres.
Saludamos la intención del nuevo rector de intentar duplicar el número de docentes en Rdt durante su gestión.2 Esperemos que el gobierno cumpla su parte otorgándole a la Udelar un presupuesto acorde para cumplir con este objetivo. De cumplirse, nos estaríamos acercando a lo que es la situación en las principales universidades de la región y el mundo. El objetivo último debería ser que el Rdt se dejara de ver como un “premio” y pasara a ser la situación normal de todo docente que accede a un cargo por concurso en la Udelar. Nuestra postura de generalizar el Rdt no puede dejar de que reconozcamos la pertinencia de que Udelar mantenga un porcentaje de docentes con dedicación parcial, vinculados a diferentes ámbitos laborales públicos y privados, para que vuelquen su experiencia profesional en las aulas. Pero esto debería pasar a ser la excepción y no la norma.
La dificultad y las largas esperas que conlleva el acceso al Rdt terminan alejando a muchos jóvenes graduados de la academia, optando por otros empleos en instituciones públicas o privadas, donde el salario de ingreso suele ser muy superior al que ofrece la Udelar sin el Rdt. En otros casos, los jóvenes optan directamente por emigrar al exterior. Un dato de la realidad que refuerza esta presunción es que se constata un estancamiento e incluso una pequeña disminución en el número de investigadores jóvenes en las categorías de candidatos y Nivel I del Sni, lo cual sugiere que la carrera científica no está siendo suficientemente atractiva para muchos jóvenes de talento. Sin duda el reforzamiento del Rdt, y la consecuente profesionalización y consolidación de grupos de investigación y posgrados en la Udelar, redundaría en una mayor retención y generación de recursos humanos altamente calificados en ciencia y tecnología, lo cual sería importante no sólo para la Udelar sino para todo el país.
* Profesor titular de astronomía, Instituto de Física, Facultad de Ciencias, Udelar; ex decano de la Facultad de Ciencias; miembro de la Academia Nacional de Ciencias del Uruguay.
1. Van Noorden, R. (2014) “South America by the Numbers”. Nature 510, 202-203.
2. Markarian, Roberto (2014) “Por una universidad inclusiva, integrada, siempre en avance”, documento presentado para su postulación al cargo de rector.