Es un ejercicio casi adictivo cuando el año termina, y al que no escapan analistas ni periodistas. Al pasar raya, todos coinciden en que el gobierno puede exhibir como logros la salud de la economía, el resultado final de la “crisis de los cincuentones” y la renuncia de Sendic (porque finalmente epilogó favorablemente una etapa de tensión extrema). En el debe, hacen cola el persistente déficit fiscal, avances tímidos en la educación y sólo titulares de una nueva generación de reformas.
Una forma de abordar el año es empezar por eso que a veces suele estar saturado de cifras, pero que suele incidir en el estado de ánimo de los habitantes: la economía. Es innegable que el país ha logrado desacoplarse de la realidad de la región y ha mantenido un crecimiento económico sostenido (se calcula qu...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate