En gesto con los dedos, que muchos uruguayos podrán confundir con el insulto de «cornudo», pero que para la extrema derecha europea es un símbolo similar al saludo nazi, detonó en Uruguay un acontecimiento político y diplomático con derivaciones varias, desde la toma de conciencia sobre el genocidio armenio, hasta una nueva fisura en la coalición de gobierno, pasando por el debate sobre los límites éticos del liberalismo económico.
La llegada a Uruguay del canciller turco Mevlüt Çavuşoğlu, el viernes 22 de abril, no fue un gesto inocente. Mano derecha –en su doble sentido– del presidente derechista Recep Erdoğan, Çavuşoğlu decidió terminar su extensa gira latinoamericana en Montevideo, precisamente en la víspera del aniversario que recuerda el comienzo del genocidio del pueblo armenio en l...
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