Dos destinos - Semanario Brecha
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Dos destinos

Este año será recordado como el del fin del formato “tradicional” del cine –la cinta de 35 milímetros– y el pasaje al estándar digital. También como el año negro para la crítica cinematográfica vernácula, con la desaparición física de Oribe Irigoyen, Jaime Costa, Manuel Martínez Carril y Hugo Rocha.

Pero aquella edad de oro era, más bien, sólo dorada. Le faltaba algo: un cine nacional. Es verdad que probablemente no lo hubiera habido sin aquel país que ahora de alguna manera termina. O hubiera sido muy distinto. Lo cierto es que el cine uruguayo ya no es el de los mil nacimientos y otras tantas muertes. Ahí está vivito y premiado. Y con un gran desafío por delante: llegar al público.
¡Pero esperen! Los uruguayos ven cine uruguayo. El cine uruguayo fue visto por un millón y medio de personas en 2011, se machaca. Eso sí, no lo vieron en el cine, sino en televisión o, con suerte, en una plaza. O lo bajaron de Internet. Es decir, los uruguayos ven cine uruguayo si es gratis, si se lo llevan a la esquina de la casa (o a la casa). Entre otras cosas porque no quedan cines en el 90 por ciento...

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