Cineasta militante, periodista y crítica de cine, Michèle Firk (1937-1968) detestaba a Hitchcock y a Chabrol tanto como admiraba a Agnès Varda, a Gillo Pontecorvo y a Resnais. Integrante del consejo de redacción de la revista “Positif”, eterna rival de “Cahiers du cinéma”, Michèle se comprometió con la independencia de Argelia y abrazó la lucha revolucionaria con la idea de que cualquier sitio era bueno para combatir al imperialismo. Cambió París por Guatemala, donde se integró a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Rebeldes (Far), y allí dejó su vida.
En el sencillo y modesto café literario Michèle Firk de la ciudad de Montreuil uno puede sentarse a tomar algo y leer, sin obligación de compra, una novela, un ensayo político o entretenerse con volantes, revistas de historietas y aun enfrasc...
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