El enigma Sendic - Semanario Brecha

El enigma Sendic

Ha tenido más afinidades programáticas con los grupos que sintonizan con José Mujica. Pero en su nuevo rol se ha destacado más como el vocero de Tabaré Vázquez. Tironeado por ambos líderes, las oscilaciones en política económica y exterior, lo han convertido en un enigma para varios dirigentes frenteamplistas.

Sendic por Ombú

No pocas veces Raúl Sendic reconoció la distancia ideológica respecto de su actuación política una década atrás. A comienzos de este milenio, todavía con bigote cepillo, el actual vicepresidente trancaba fuerte desde la combativa trinchera de la “izquierda radical”. Electo diputado con 38 años por el 26 de Marzo (2000-2005), en un sublema común con el Mpp, a Sendic no le temblaba al pulso para exigir el no pago de la deuda externa, arremeter contra las multinacionales, cuestionar las asociaciones con privados (desde las concesiones en las carreteras hasta las de Ancap) o defender a capa y espada las demandas de los sindicatos.

Al hijo del “Bebe” Sendic –el histórico guerrillero tupamaro que empuñó las armas a favor de una revolución socialista codo a codo con el ex presidente José Mujica– tampoco le tembló el pulso para cuestionar al propio Tabaré Vázquez en la campaña electoral de 2004: “Que se premie ahora a Danilo Astori con ni más ni menos que el Ministerio de Economía es absolutamente incomprensible, es una forma de asegurar que los cambios van a ser muy relativos”, reprochó en la radio 36. Le había caído “francamente mal” que, durante una gira por Estados Unidos y sin consultar a la fuerza política, Vázquez anunciara a través de la prensa que Astori conduciría la economía si el Frente Amplio (FA) ganaba las elecciones. “Yo quisiera que alguno me dijera qué propuesta ha tenido Astori que sea diferente a las políticas que se han venido aplicando en Uruguay en los últimos años”, increpó el entonces diputado.

Diez años después, Vázquez reincidió. Al despuntar la campaña electoral de 2014 anunció por la prensa que Astori volvería a disponer de las llaves de la caja fuerte de los uruguayos si ganaba las elecciones. Aunque la relación entre Sendic y Astori continuó tirante, no hubo esta vez ningún reproche a la decisión de Vázquez. El contexto había cambiado. El recetario del ministro de Economía incluyó el pago de la deuda, la apertura a la inversión extranjera directa o la asociación con privados, pero también redujo la pobreza y la desigualdad, saneó las finanzas públicas y puso en marcha reformas en la salud, los tributos y la educación. Sendic, además, formó parte de esa política económica al presidir Ancap durante cinco años.

Formado en genética en Cuba, no fue el único frenteamplista que templó sus convicciones al calor de la gestión de gobierno. Lo hizo, quizá, a destiempo del grueso del FA, que para 2004 hacía rato había bajado las banderas sesentistas y puesto coto a los eslóganes revolucionarios.

Cansado de los cortocircuitos con sus compañeros de ruta que, desde el diario La Juventud y la 36, continuaban martillando sin tregua contra el primer gobierno frenteamplista, en 2005 Sendic rompió con el 26 de Marzo (el sector se escindió del FA un año después y originó, con otros grupos, la Unidad Popular que llegó al Parlamento este año con Eduardo Rubio) y fundó Compromiso Frenteamplista, la lista 711, junto a varios jóvenes provenientes del Frente Juvenil del Mln. Primero como integrante del directorio de Ancap y luego como presidente, piloteó la petrolera estatal hasta 2013, excepto durante un breve lapso en que fue ministro de Industria en sustitución de Daniel Martínez. Invocados con insistencia como figuras de relevo y con 154 mil votos de respaldo en las elecciones de 2014 (el 13,8 por ciento del electorado frenteamplista), los dirigidos por Sendic pasaron de susurrar con una sola voz en el Legislativo a desembarcar con seis diputados y tres senadores desde este verano.

PADRINAZGOS. Con un legendario apellido para la izquierda uruguaya, Raúl Sendic, de 53 años, reconoce en la actualidad dos padrinazgos políticos: el de Mujica y el de Vázquez, según fuentes políticas consultadas por Brecha. Dos padrinos que lo tironean de cada brazo o le susurran al oído para ganarlo a su favor, según graficó un dirigente frenteamplista.

Es uno de los elegidos del ex presidente Mujica para liderar el urgente recambio generacional de un FA conducido por una tríada de septuagenarios (Mujica, Astori y Vázquez). Hace dos semanas Mujica se reunió con Sendic. Algunos interpretaron que era para pedirle que se involucrara más en la campaña de Lucía Topolansky en Montevideo. Pero este miércoles, entrevistado por Canal 4, Mujica negó esa lectura e insistió con la mochila que cargan dirigentes con proyección política, como Sendic: “Este partido es muy largo. Tiene muchas décadas… Necesitamos que haya gente que recoja las banderas y las proyecte en el tiempo. Sendic es uno, no el único, de los que tienen esa responsabilidad”. Incluso hace unos años elogió también “los baleros” que había reunido en torno a la lista 711. Algunos de esos dirigentes ocuparon cargos de gobierno durante su mandato, como Leonel Briozzo, Julio Calzada, Gustavo Leal, Marcos Otheguy, Leonardo de León y Cristina Lustemberg.

Pero es también uno de los elegidos de Vázquez. El mandatario, de acuerdo a una crónica de Búsqueda, lo incorporó a sus discretos campamentos al aire libre donde, pesca y comida mediante, concilian descanso y política. En las últimas semanas Sendic reforzó su rol de “vocero” del Poder Ejecutivo, dijeron a Brecha varios dirigentes frenteamplistas. La apuesta del presidente no es nueva. En febrero de 2011 Vázquez declaró a la prensa que sería un “excelente” candidato a la vicepresidencia. Con el aval de Mujica, su nombre resonó cada vez que se hablaba de candidaturas. El golpe de gracia lo dieron las elecciones internas del año pasado. A pocas horas de conocerse que la lista 711, con 63 mil votos, había sido la más votada del oficialismo, Sendic fue coronado para integrar la fórmula con Vázquez.

A DOS PUNTAS. Aunque ambos padrinazgos pueden resultar curiosos (incompatibles, dirán algunos), también es posible que la figura de Sendic sea funcional tanto a Mujica como a Vázquez para equilibrar las tensiones que se presentarán entre la Torre Ejecutiva y el Palacio Legislativo. A juzgar por sus primeras declaraciones como vicepresidente, parece claro que Sendic no será un mero articulador parlamentario sino también un vocero presidencial.

Algo de este doble rol había adelantado Sendic en una entrevista con Brecha, el año pasado: “En las conversaciones que hemos tenido con Tabaré, el papel que nos tocará jugar va a ser bastante amplio”. “Poder hacer –agregó– un seguimiento de los proyectos estratégicos desde la vicepresidencia con los ministros, negociando con la bancada y la oposición. Una de las cosas que hemos conversado con Tabaré es que el vice juegue un papel importante en uniformizar y tener bien informado al conjunto de la bancada sobre las decisiones y los temas clave del Poder Ejecutivo, impulsos que en otros momentos no han ocurrido.” (Véase Brecha, 05-IV-14.)

Desde el Mpp hay quienes temen que en ese doble rol Sendic acabe cooptado por vazquistas y astoristas. Aunque no tienen fijados encuentros periódicos, Mujica seguirá reuniéndose con el líder de la 711: “Lo seguirá haciendo como hasta ahora, que se han reunido en diferentes lugares. Sendic expresa un lineamiento político cercano a lo que ha sido el desarrollo histórico del Mpp, incluso desde antes. La sintonía no es tanto por lo que haga como articulador parlamentario o como vicepresidente, sino porque es una figura con proyección política”, explicó a Brecha el diputado emepepista Daniel Caggiani.

No obstante, por lo bajo son varios los dirigentes a quienes les resultan enigmáticos los futuros posicionamientos de Sendic y la 711 cuando tengan que definir temas sensibles. “En muchos aspectos está parado en el medio de un choque de trenes”, graficó una fuente mujiquista (véase recuadro). Para el politólogo Oscar Bottinelli, el vicepresidente se “plegó” totalmente a Vázquez. “La 711 no tiene un aparato fuerte detrás, porque Sendic se posicionó más como un voto de opinión en Montevideo, con un perfil muy alto en los medios de comunicación, y porque logró acuerdos con algunos dirigentes del Interior”, evaluó en conversación con este semanario.

OSCILACIONES. El camino político e ideológico que trazará Sendic en estos cinco años es todavía incierto. En varios temas complejos las posturas del vicepresidente están más en sintonía con el vazquismo que con el mujiquismo. En materia tributaria, Sendic no es partidario en este momento de gravar al gran capital o a las ganancias extraordinarias, a pesar de que la 711 acordó con sus socios del Grupo de los Ocho explorar nuevas posibilidades (véase recuadro). Comparte con el Ejecutivo solamente la reimplementación del impuesto de Primaria al agro y ciertos ajustes a la ley de inversión para privilegiar el agregado de valor.

Con respecto a la nueva agenda de derechos, Sendic se mostró contrario a la despenalización del aborto (Brecha, 05-X-12) y se mostró distante de la cuota femenina en el Poder Legislativo. Planteó dudas sobre la regularización del mercado de la marihuana e irritó a los colectivos de la diversidad sexual por la forma en que desmintió que fuera gay.

En política exterior Sendic ha sido oscilante. Para recomponer la tensión diplomática que se generó con el presidente Nicolás Maduro (que lo calificó de cobarde por dudar de la injerencia estadounidense en su país), acordó con Vázquez marchar junto al FA y al Pit-Cnt en respaldo a Venezuela, según supo Brecha. Pero una semana después suscribió en bloque –sin matiz ninguno– las polémicas declaraciones del canciller Rodolfo Nin Novoa, que incluyeron la comparación de la situación en el país caribeño con el terrorismo de Estado en Uruguay y desataron los cuestionamientos del diputado comunista Óscar Andrade (que calificó los dichos como una “provocación” y cuestionó la lógica de los “hechos consumados” que percibe en el Ejecutivo).

Aunque desde la 711 consideraron una “burrada” la comparación que hizo el canciller, entrevistado por el programa Entrelíneas, de Tcc, Sendic dijo este lunes que se enteró por la prensa que había sectores del FA molestos con las declaraciones del canciller. “Hay que tener el valor y la responsabilidad de discutir (las diferencias) internamente. Si alguien está molesto tiene que pedirle una reunión al canciller o pedirle que explique sus dichos en la Mesa Política… no se juega con la unidad del FA”, lanzó. Además de volver a suscribir los dichos de Nin, se mostró afín al reperfilamiento de la política exterior: “En asuntos regionales precisamos mucho pragmatismo. Nos tenemos que dejar de tanta palabrería diplomática e ir concretamente a la solución de las dificultades”.

A diferencia de Astori que, con un liderazgo consolidado, fue al mismo tiempo vicepresidente y líder de un aceitado bloque de centroizquierda –el Frente Liber Seregni– que mantuvo durante diez años el timón de la conducción económica, el perfil de Sendic permanece aún en una nebulosa. Con un sector naciente, aliado a un bloque en movimiento, amaga, por ahora, con proyectarse como líder desde una arriesgada doble función: secundar a Vázquez como vocero del Ejecutivo (recordando incluso la pose de un jefe de gabinete), y apoyarse en Mujica para articular con la bancada oficialista y la de la oposición. De equilibrar con astucia los tironeos, podría conseguir el despegue necesario para posicionarse más allá de los sectores. Pero también corre el riesgo, por estar bien con Dios y con el Diablo, de desinflarse en el intento.

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El Grupo de los Ocho

Reacomodos

Desde la proclamación de Lucía Topolansky como candidata a la Intendencia de Montevideo, a fines de diciembre, no hubo más reuniones del Grupo de los Ocho (G8), conformado por la 609, la 711, el Pcu, el Fidel, la Cap-L y el extinto Frente Unido (Vertiente, Más y 5005). Consultados por Brecha, varios sectores coincidieron en que después de las elecciones del 10 de mayo volverán a establecer un ámbito de coordinación, al menos quincenal, para discutir el presupuesto, el Fondes y el Tisa. De consolidarse el bloque –que cuenta con diez de los 16 senadores frenteamplistas–, sería un contrapeso ineludible para los aliados parlamentarios del vazquismo (el Fls y los socialistas renovadores).

Pero el “megasublema”, calificado así con alarma por los astoristas, presenta varios problemas. Uno de ellos es que desde el Mpp tienen serias dudas con respecto a las posiciones que asumirán los dirigidos por Raúl Sendic. Aseguran, por ejemplo, que Gustavo Leal no está representando a la 711 en el comando de campaña de Topolansky, mientras que el senador Leonardo de León, proveniente del 26 de Marzo, sería la figura con la que estiman tener más sintonía. Desde la 711, en cambio, aseguran que la apuesta en el G8 no sólo será la de fortalecer la coordinación parlamentaria sino la de reestructurar el Frente Amplio, de modo de hacer una puesta a punto en función de los resultados electorales obtenidos por cada sector.

A contracorriente del rumor de que en el Mpp habría molestia con Sendic por no involucrarse de lleno en la campaña de Topolansky en Montevideo, Caggiani aseguró a Brecha que la 711 trabaja codo a codo con la 609 desde el inicio, asiste a las ferias, reparte volantes, mueve a sus militantes. “Lo digo sinceramente”, insiste. Aunque varios dirigentes reconocen que la candidatura de Topolansky quedó muy embanderada con el Mpp, creen que este tipo de especulaciones, que buscan horadar la alianza con la 711, provienen de “interpretaciones sobredimensionadas” producto de la fuerte polarización con Daniel Martínez.

La Cap-L, tras su debacle electoral, parece encaminarse hacia la extinción, aunque una de sus escisiones (el M-764, de Pablo Álvarez) podría sumarse al G8, al igual que el Pst de Pablo Cabrera. El Frente Unido, en tanto, se dispersó. La Vertiente, sin representación parlamentaria pero con cargos de gobierno, decidió apoyar a Daniel Martínez ante la “postura arrolladora” del Mpp que impuso una candidata “muy sectorizada”, según dijo a Brecha un dirigente del sector. Aunque siguen confiando en rearmar el G8 después de mayo, desde el mujiquismo visualizan a la Vertiente prácticamente fuera del acuerdo. El Mpp, el Pcu y la 5005 (Diego Cánepa fue sustituido por Eduardo Pereyra como interlocutor) son, por ahora, los grupos que sostienen un “acuerdo implícito”. A su vez, desde el mujiquismo no descartan concretar alianzas puntuales con los socialistas ortodoxos de Montevideo, porque descuentan que en el Senado los renovadores actuarán con férrea disciplina respecto a Vázquez. “Lo importante no es la cantidad de grupos ni los votos que tengan detrás, sino la sintonía con un proyecto de izquierda un poco más regional, popular y de largo plazo”, sintetizó el diputado mujiquista Pablo Caggiani.

V H A / M R

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La sucesión de Xavier

La otra interna

La senadora socialista Mónica Xavier fue habilitada a asumir su banca y continuar ejerciendo la presidencia del FA –lo hace desde 2012– hasta las elecciones del 10 de mayo. A partir de entonces, una comisión resolverá cuál será la conducción política provisoria hasta las próximas elecciones internas de junio de 2016. Aunque los dirigentes frenteamplistas consultados por Brecha dicen tener la cabeza en los comicios departamentales, a ninguno escapa que ese será otro frente de disputa interna. Al exigir exclusividad en la tarea, uno de los problemas será encontrar una persona de peso y de consenso –que no integre el Parlamento o esté dispuesta a renunciar a su banca– para sustituir a Xavier. Algunos hablan de crear un triunvirato provisorio en lugar de enfrascarse en la sucesión de la senadora. Desde la 711 esperan llegar al Plenario Nacional de junio con una estrategia que “exprese” el nuevo mapa electoral y potencie al FA como un “partido profesionalizado”, lo que exigirá redefinir el rol de la Fundación Liber Seregni como una escuela de cuadros políticos. Estos debates no son nuevos, pero varios dirigentes comparten la idea de que el FA precisa volver a discutirse, como sucedió en 2012, para democratizar su estructura, dejar de “correr de atrás” las medidas de gobierno y no quedar preso de debates bizantinos sin información suficiente.

M R

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