Juan Sartori no sabe perder. En la empecinada rebelión que ha desatado para no transparentar la información sobre sus bienes e ingresos no puede concluirse otra cosa: el senador nacionalista sigue contrariando la interpretación de las leyes que aplican la Junta de Transparencia y Ética Pública (JUTEP), los servicios jurídicos del Parlamento (empleador al que omitió mencionar en su primera declaración jurada, toda una muestra de lo que vendría después) y la propia Suprema Corte de Justicia (SCJ).
En el Partido Nacional (PN), sin embargo, el asunto no le trae demasiados problemas. Sartori sigue sin confirmar si será precandidato a la presidencia (su carácter de omiso ante la JUTEP lo inhibiría de poder ocupar ese u otro cargo público hasta que no regularice su situación, de acuerdo a la ley ...
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