La semana pasada el primer ministro de Haití, Ariel Henry, volvió a pedir al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el envío inmediato de una fuerza de seguridad internacional para «ayudar a la Policía Nacional de Haití (PNH) a combatir a las pandillas armadas y restaurar la seguridad». El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, lo respaldó de inmediato y lo mismo hizo, un día después, el presidente Joe Biden. Un mes antes, y en agosto, en julio y desde fines de 2022 el secretario general de la ONU, António Guterres, había hablado de la «urgencia» de «ayudar a Haití» a luchar contra las pandillas. Y también la Organización de Estados Americanos (OEA). Y varios países europeos.
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Es objetivo: las pandillas en cuestión (serían algo más de 200) controlan más de la mitad...
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