El motor del capital - Semanario Brecha
Exxon Mobil y sus compromisos con el cambio climático

El motor del capital

Una reciente filtración de documentos internos del gigante petrolero Exxon muestra que la firma planea para los próximos cinco años un masivo aumento de su producción y de sus emisiones contaminantes, a sabiendas de sus consecuencias devastadoras en el clima. Mientras tanto, continúa haciendo promesas de responsabilidad empresarial.

Protesta fuera de la Suprema Corte de Nueva York durante el primer día de juicio a Exxon Mobil. AFP, Angela Weiss

Hace ocho años, 20 gobiernos encargaron una investigación acerca de las potenciales víctimas mortales del cambio climático si no se toman medidas para mitigarlo. Se examinaron las diferentes maneras en las que el fenómeno puede resultar en una catástrofe en masa: el hambre, el calor, los desastres «naturales» y las enfermedades. De acuerdo a las proyecciones obtenidas por el Foro de Vulnerabilidad Climática y la ONG internacional DARA se estimó que, para 2030, 700 mil personas alrededor del mundo morirán anualmente por causas directamente vinculadas al cambio climático.

Y eso tan sólo serán las víctimas fatales inmediatas. Cientos de millones de vidas humanas serán radicalmente transformadas por fenómenos climáticos extremos, la desertificación y el creciente nivel del mar. Esto causará, se estima, nuevos patrones migratorios, especialmente entre los miles de millones que viven en la pobreza, muchos de ellos en zonas de alto riesgo climático. A ello le seguirán nuevos conflictos geopolíticos. Ningún Estado será invencible y ningún estilo de vida será inmune a ese proceso.

Sin embargo, el país que hoy es el mayor productor mundial de petróleo y gas natural está, con Donald Trump a la cabeza, en plena cruzada desreguladora en materia de política ambiental, en franca oposición a cualquier consejo de la comunidad científica (no muy diferente a lo que hace por su parte su aliado Jair Bolsonaro, véase «Marcado a fuego», Brecha,2-X-20). Los grandes productores petroleros estadounidenses operan prácticamente librados a su buena voluntad. Y, como demostración de sus buenas intenciones, no escatiman en bellas promesas.

ECOLOGISMO PETROLERO

El año pasado, en un encuentro de la Business Roundtable (BP) –una asociación de gerentes generales estadounidenses–, varias compañías petroleras se comprometieron a «respetar a los miembros de nuestras comunidades y proteger el ambiente adoptando prácticas sustentables en nuestros emprendimientos». También en 2019, los ejecutivos de BP, Exxon Mobil y otras empresas del ramo publicaron un comunicado conjunto en el que prometen tomarse muy en serio el cambio climático.

Pero las corporaciones existen para un propósito y se someten a una única disciplina: la de generar ganancias. Pueden ceder voluntariamente frente a dilemas éticos por la simple razón de mejorar sus relaciones públicas, restaurar la confianza del público y así remover varios obstáculos (por lo general de índole político) en su carrera por la maximización de ganancias. Si en cambio sienten que sus compromisos públicos no están siendo del todo útiles para ese fin, no dudan en romperlos.

Un buen ejemplo es el de Exxon Mobil; en 2015 la compañía se volvió centro de un escándalo de proporciones mayúsculas cuando periodistas e investigadores revelaron que sus ejecutivos sabían sobre la amenaza que representaba el cambio climático desde los años setenta. A pesar de ello, Exxon Mobil se dedicó durante décadas a mentir de forma reiterada, quitarle gravedad al problema, financiar a negacionistas del cambio climático y continuar como si nada con sus devastadores operaciones petrolíferas.

La revelación y el escándalo resultante llevaron a una petición firmada por 350 mil personas para que el Departamento de Justicia estadounidense investigara a la empresa. En plena campaña electoral, los dos candidatos demócratas de aquel momento, Hillary Clinton y Bernie Sanders, se hicieron eco del reclamo.

Para Exxon Mobil fue una catástrofe. En pos de paliar los daños a su imagen, sus ejecutivos empezaron a hacer promesas, una detrás de otra. Ahora en la web de la compañía puede leerse: «Creemos que los riesgos asociados al cambio climático demandan acciones concretas y se necesita de todos nosotros –empresas, gobiernos y consumidores– para lograr un progreso real».

En una maniobra no falta de ingenio (o de inconmensurable cinismo), la firma petrolera ahora presenta sus viejas investigaciones internas –otrora celosamente escondidas– como una muestra de su compromiso con la causa: «Los científicos de Exxon Mobil han estado por décadas en la primera línea de la investigación climatológica, trabajando junto con los mayores expertos mundiales en la materia».

PLAN DE EMISIONES

Pero ¡sorpresa!: Exxon Mobil nos ha vuelto a mentir. Una explosiva filtración publicada por la consultora empresarial y agencia de noticias Bloomberg este lunes 5 revela que la empresa «ha venido planeando un incremento anual de sus emisiones de dióxido de carbono del tamaño de lo emitido anualmente por Grecia» y que «las estimaciones realizadas por la propia Exxon de su nueva estrategia de inversión de 210.000 millones de dólares indican un incremento anual de sus emisiones de 17 por ciento para 2025». La estimación sólo tiene en cuenta las emisiones generadas durante las operaciones de producción petrolera, no lo que ocurrirá luego, cuando el producto sea vendido y quemado por sus compradores.

La compañía se centrará en producir en cinco mercados clave: «Petróleo de esquisto en la cuenca Pérmica (Texas y Nuevo México), extracción offshore en aguas de Guyana y Brasil, y explotación de gas natural en Mozambique y Papúa Nueva Guinea». Los periodistas de Bloomberg Kevin Crowley y Akshat Rath apuntan que «los 21 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono anuales que resultarán de este incremento productivo eclipsan las proyecciones elaboradas por Exxon acerca de sus esfuerzos para reducir la contaminación, como el desarrollo de energías renovables y el entierro de ciertas cantidades de dióxido de carbono».

¿Por qué esta falta de apego de Exxon Mobil a sus promesas? Quizás la respuesta se encuentre en otra proyección: para 2025, la compañía espera duplicar sus ingresos.

    (Publicado originalmente en Jacobin como «We Cant Trust Oil Companies to Regulate Themselves». Traducción y titulación de Brecha.)

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