Una de las banderas del gobierno de Gustavo Petro, según el propio mandatario, que asumió hace unos nueves meses, es convertir al país en una «potencia mundial de la vida». Parte de este enfoque ecologista se daría a través de un cambio en la dirección de la lucha contra la deforestación, que pasaría de la militarización al fortalecimiento de alianzas ciudadanas e incluiría una serie de reformas sociales y económicas ligadas a los compromisos internacionales de Colombia en materia de cambio climático y biodiversidad.
A pesar de estos compromisos, el nuevo gobierno se ha encontrado con un problema estructural de ilegalidad que agrava la situación ambiental y se suma a estructuras legales obsoletas o reñidas con la lucha contra el cambio climático. Según distintos relevamientos oficiales y d...
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