«… parece que cuanto más trabajamos
y más horas hacemos,
nos hundimos cada vez más
en este gran agujero.»
Sorry We Missed You
En la salas de Cinemateca se estrenó recientemente la última película del cineasta Ken Loach, Sorry We Missed You, que retrata la vida de una familia de la clase trabajadora inglesa que transita por la denominada uberización del trabajo. El filme muestra a Ricky, un extrabajador de la construcción que en la desesperación de conseguir un ingreso se incorpora a la dudosa promesa del trabajo por cuenta propia o autónomo en una empresa de entregas por plataforma del estilo de Uber, Pedidos Ya o Rappi. Una promesa de libertad y autonomía que rápidamente se trastoca en una pérdida de los derechos laborales más básicos, en una falsa ilusión de control y elección. También sigue la vida de su pareja, Abbie, una trabajadora de cuidados que se desempeña bajo contratos «de cero hora», en los que le pagan estrictamente el tiempo de trabajo (no se remuneran traslados, descansos, vacaciones ni licencias) y debe estar siempre disponible para la plataforma.
Las plataformas digitales son presentadas usualmente como aquellas empresas que permiten a dos o más grupos interactuar, intermediando entre clientes, anunciantes, proveedores de servicios, productores e, incluso, objetos físicos. Según la Organización Internacional del Trabajo (2021), el número de plataformas de servicios de reparto se multiplicaron casi por diez desde 2010. En tanto, resulta difícil estimar la cantidad real de trabajadores ocupados, pues las empresas de plataforma adoptan una política de no divulgación de datos. Distintas encuestas en Europa y Estados Unidos indican que entre el 0,3 y el 22 por ciento de la población ha trabajado en plataformas. Estas empresas aparecen en un escenario poscrisis 2008, es decir, con un mercado laboral mundial fragilizado por las consecuencias de sucesivos ajustes neoliberales. Así, estas empresas se apoyaron en una estrategia de negocios que acarrea diversos problemas para las y los trabajadores, como la irregularidad del trabajo y los ingresos, las condiciones de trabajo, la protección social, la falta de libertad sindical y derecho a la negociación colectiva.
¿CÓMO SE ORGANIZA EL TRABAJO EN LAS PLATAFORMAS DIGITALES?
La gestión algorítmica del trabajo se caracteriza por un monitoreo permanente y exhaustivo del proceso de trabajo y un control centralizado en el algoritmo. El sistema de GPS y las plataformas de almacenamiento y procesamiento de datos (llamadas desde la nube) permiten que cada acción y proceso de trabajo sea registrado con un doble objetivo: por un lado, hacer estándares de calificaciones y evaluación, con premios y sanciones a los trabajadores, que determinan su salario y condiciones laborales, y, por otro, estos datos permiten perfeccionar los mecanismos de control y monitoreo a partir de la introducción de mejoras en el algoritmo.
¿Cómo repercute esto en los trabajadores? En primer lugar, desconocen a partir de qué procesos y parámetros son evaluados, simplemente son notificados del lugar ocupado en el ranking, del cual dependen las zonas y los horarios pasibles de elegir y, por tanto, el salario. A su vez, descender en el ranking –proceso que puede darse por no aceptar un pedido, demorar más de lo estipulado, no tomar el turno en hora o bajas calificaciones del cliente– conlleva múltiples consecuencias, desde no poder elegir los turnos con mayor demanda hasta ser pausados o desactivados (es decir, despedidos). Por último, el algoritmo indica de forma permanente qué acciones deben llevarse adelante y en qué tiempos. Los trabajadores alegan recibir notificaciones constantemente, lo cual les causa estrés y presión: «Psicológicamente, si entrás en la aplicación, te enloquece», expresa un trabajador de plataformas de Uruguay.
CONDICIONES DE TRABAJO
Este aspecto es expresado fielmente por la mirada crítica de Loach. Ricky es un trabajador de plataformas que tiene extensas jornadas laborales, no cuenta con descanso reglamentario para alimentarse o ir al baño, tampoco con licencias, días libres, seguros por enfermedad. En el discurso de la empresa, es un emprendedor, un colaborador y jefe de sí mismo.
En las plataformas digitales se produce un corrimiento del límite de la jornada laboral y emergen los privilegiados de las 12 o 14 horas diarias, que no cuentan con los derechos laborales conquistados por el movimiento obrero a lo largo de la historia. Esto se hace bajo el discurso del self emprendedor. Sin embargo, una vez que se analiza el proceso de trabajo, es claro el escaso o nulo control que mantienen los trabajadores respecto a las condiciones laborales, el manejo de los tiempos, los datos y la definición de salario. Las empresas de plataformas enmarcadas en un modelo uberizado ganan a partir del traslado de costos al trabajador (moto, Internet, caja de reparto) y de la tercerización de la fuerza de trabajo, transformando a los trabajadores en «proletarios de sí mismos».
Loach se preocupa por hacer visible la relación entre el mundo del trabajo y la vida cotidiana de los individuos. La precariedad en la que se desarrolla el trabajo y la destrucción de derechos laborales se extienden en la vida cotidiana del protagonista y su familia. La película nos muestra una familia típica del siglo XXI (obviando la referencia a la familia nuclear), en la que la flexibilidad afecta el núcleo familiar y las tareas de cuidado continúan recayendo en la mujer, que, además de trabajar durante jornadas laborales muy extensas, debe comunicarse de forma constante con sus hijos adolescentes para indicarles dónde está el alimento y qué cosas deben hacer durante el día. Vidas individuales flexibles, precarizadas y fragmentadas, al servicio del capital (algo estructurante de este modelo de producción), bajo la fachada de la autonomía y la libertad.
En definitiva, las empresas de plataforma pueden considerarse como la más reciente y la última manifestación de tendencias de larga data, combinando un alto desarrollo de tecnologías digitales con estrategias organizativas, administrativas y discursivas específicas para gestionar la fuerza de trabajo. El uso de algoritmos para el control del proceso de trabajo, la evasión de la relación salarial para reducir costos y riesgos e incrementar la flexibilidad, y la construcción discursiva en torno al self emprendedor o «jefe de sí mismo» (que enfatiza la autonomía y la responsabilidad del trabajador, fomentando la competencia entre ellos) constituyen aspectos inseparables del trabajo por plataforma. El retrato del trabajo uberizado que nos propone Loach recoge estos elementos, frente a lo cual no parecen vislumbrarse salidas posibles en un contexto de desmantelamiento del llamado Estado de bienestar y debilitamiento de la acción colectiva.
DESAFÍOS
¿Qué hacer frente a estas nuevas formas de trabajo en nuestro país? ¿Qué alternativas se presentan? En primer lugar, es preciso abrir un debate social sobre la regulación laboral que tenga como norte la defensa de los derechos laborales, quizás tomando nota de los primeros avances que se están desarrollando en España y la Unión Europea. En segundo lugar, frente al poder de las grandes corporaciones empresariales del sector que avasallan derechos se vuelve fundamental impulsar acciones para el fortalecimiento de las organizaciones colectivas de las y los trabajadores por plataforma. En tercer lugar, recoger las experiencias y las deliberaciones sobre la apropiación colectiva de las plataformas que se encuentran en el terreno de la llamada economía social y solidaria. O sea, una gestión obrera en el siglo XXI como camino hacia una economía digital basada en la reapropiación de las tecnologías digitales controlada democráticamente por las y los trabajadores.
En este marco, la Universidad de la República, a través del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio, invita a trabajadores y trabajadoras del sector, actores de decisión política y demás interesados a un espacio de intercambio y debate titulado «Jornadas de extensión universitaria: uberización y digitalización del trabajo. Plataformas de reparto, gestión algorítmica y acción colectiva», que se llevará a cabo el 28 y el 29 de abril en Montevideo, en un local a confirmar (véase https://www.extension.udelar.edu.uy/jornadas-de-extension-universitaria/).
* Trabajadora social, docente ayudante en el proyecto de la Comisión Sectorial de Investigación Científica «Industria 4.0: efectos sobre el contenido del trabajo, el empleo y la acción colectiva».
** Sociólogo, docente e investigador de la Universidad de la República y del Consejo de Formación en Educación. Cocoordinador del proyecto «Industria 4.0: efectos sobre el contenido del trabajo, el empleo y la acción colectiva».
Fuentes:
Antunes, R. (2020). «Trabalho intermitente e uberização do trabalho no limiar da Indústria 4.0», en Antunes, R. (ed.) Uberização, trabalho digital e indústria 4.0, Boitempo.
Antunes, R. (2018). O privilégio da Servidão. O novo proletariado de serviços na era digital, Boitempo.
López, N. (2021). «Entre la autonomía y la desposesión. El trabajo en plataformas digitales de reparto en Uruguay entre el 2018 y 2021», monografía de grado, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República.
Srnicek, N. (2018). «Capitalismo de plataformas», en Srnicek, N. (2017), Capitalismo de plataformas (capítulo 2, págs. 39 a 86), Caja Negra Editora. Organización Internacional del Trabajo (2021). Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: El papel de las plataformas digitales en la transformación del mundo del trabajo. Resumen ejecutivo. Disponible en https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/documents/publication/wcms_771675.pdf