La semana pasada, Países Bajos, la antigua Holanda, aportó su contribución a la ya larga cadena de países europeos en los que un partido de extrema derecha logra convertirse en la primera fuerza política: lo logró en las elecciones legislativas del miércoles 22 el Partido por la Libertad (PVV, por sus siglas en neerlandés), que con algo más de 23,5 por ciento de los votos obtuvo 37 de los 150 escaños del parlamento nacional, más del doble de los que tenía y el mejor resultado de una formación política de esa sensibilidad en Países Bajos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Aunque Geert Wilders, su rubicundo líder, no consiga convertirse en nuevo primer ministro, el PVV ha consolidado con esta elección su posición central en el escenario político neerlandés. Desde que surgió, en 2006,...
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