La
literatura ha sido, a lo largo de la historia, un
artefacto para intentar recuperar lo perdido de forma poética. La pérdida tiene
un sentido temporal que lleva a narradores, voces líricas y personajes a
sumergirse en el espacio de la memoria. El recuerdo se exaspera cuando se
trata, además, de la pérdida física, cuestión que ha martirizado a numerosos
autores. Mariana Rubio se interna también en dicho tema en su nuevo poemario Ciprés
de sangre, editado por Yaugurú. Su título, reminiscente de aquellos versos
de los “Sonetos corporales” de Rafael Alberti –“A sangre huelen las quemadas
flores/ y a súbito ciprés de sangre el fuego”–, condensa esta idea de luto.
Se trata de una imagen contundente, que lleva en sí la tristeza y el dolor,
pero también la filiación en la sangre compartida, como...
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