No todos los prestadores de salud ofrecen tales «privilegios». Y los que los ofrecen no lo hacen ostensiblemente. A veces hay que llamar y preguntar. —Asociación Española. Mi nombre es María. —Sí. Buenas tardes. Quería hacer una consulta. No sé a qué número dirigirme. —A ver… —Yo soy un paciente con dos enfermedades crónicas y me está costando mucho acceder a los especialistas. Se demora mucho tiempo y quería saber si en la mutualista hay algún servicio que me permita acceder más rápido. —No, en realidad, tendrías que ir llamando a ver si hay alguna consulta cancelada y podés anticipar la tuya. —Pero tenía entendido que hay como un servicio vip, algo así. —¡Ah! Tú decís lo de Vital. —No sé qué es Vital. —Te puedo pasar a esa parte. Eso tiene costo, ¿sabés? —Sí, sí. ¿Dónde tengo que llamar?...
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