Uruguay no dijo no a la reforma. Montevideo lo hizo. De no ser por la capital, en el resto del país la propuesta habría obtenido la mayoría para ser aprobada. La concentración del rechazo en el sur repite la tendencia de consultas directas anteriores que desnudaron un voto de izquierda cada vez más lejos del Interior. A pesar del desplante, la reforma obtuvo más de un millón de votos y –con un Parlamento renovado– nada impide que resucite por la vía parlamentaria.
Las
victorias, a veces, pueden ser perturbadoras. La
reforma no salió. Pero más de un millón de personas le dio el sí a la
ocurrencia punitiva de un Jorge Larrañaga que el domingo de noche se presentó
airoso y sonriente, aparentando serenidad frente a las cámaras de televisión.
¿De qué se ríe Larrañaga? Aun sin
haberlo votado dir...
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