Una vez más en Uruguay estamos discutiendo si somos una sociedad racista. Lamentablemente, el debate de las últimas semanas, disparado por el caso de Tania Ramírez, ha colaborado poco en clarificar y publicitar la naturaleza del problema. De hecho, se puede decir que el manejo defectuoso o al menos “sub óptimo” del tema por parte de activistas y políticos ha embarrado la cancha. La “Marcha de las motas” y el reclamo para eliminar la expresión “trabajar como un negro” del Diccionario de la Real Academia Española fueron pasos con dudoso éxito. En los tiempos que corren este tipo de problema se repite una y otra vez. Estrategias políticas inadecuadas han debilitado y desacreditado el debate y la resolución de temas importantes para la agenda pública del país. Pensemos por ejemplo en las estr...
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