En 2016 la administración encabezada por Vázquez enfrentó problemas a los que no estaba acostumbrado, y por primera vez desde 2005 tuvo que hacer un ajuste (al que llamó “consolidación fiscal”), con el consiguiente recorte de gastos y aumento de algunos impuestos. El enfriamiento de la economía, que crece pero a tasas bajas, con su consiguiente impacto sobre la recaudación, fue una condicionante para limitar los dineros con destino a las políticas sociales. Sin modificar el origen de los fondos que las financian, el camino elegido fue incrementar la imposición a una franja intermedia de los asalariados y abatir los fondos adicionales previstos en la ley de presupuesto de 2015, en particular los asignados a la educación. Para colmo de males, los vecinos geográficos inmediatos viven una cris...
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