La versión más grave de una maldición era aquella que implicaba, junto al objeto directo de los malos augurios, a su descendencia por no sé cuántas generaciones. Porque nuestro concepto de felicidad tiene mucho que ver con la felicidad de nuestros descendientes. Una de las bellezas de Ofertório, el espectáculo que presentaron Caetano Veloso y sus hijos, deriva de eso. Caetano Veloso es uno de los más grandes cancionistas vivos, un artista con una obra de una vastedad y riqueza formidables, y que tuvo una acción sumamente positiva sobre la cultura de Brasil. Uno quisiera que sus realizaciones fueran recompensadas con todo lo bueno. Es, por lo tanto, muy gratificante para el público verlo a él, ya con sus 77 pirulos a cuestas, haciendo música en comunión con sus tres hijos, cada uno de ellos...
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