Como es habitual en la tradición teórica del género autobiográfico, liderada por Philippe Lejeune, tanto en La insumisa (Hum, 2020; Menoscuarto, 2020) como en Julio Cortázar y Cris (Cálamo, 2014; Estuario, 2014) se cumple la correspondencia entre autora, narradora y personaje. Asimismo, se propone un pacto de lectura que enmarca la comunicación entre protocolos que no resultan del todo equiparables a los ficcionales, aunque estos permanezcan siempre como posibilidad. En una de las tantas entrevistas hechas a Cristina Peri Rossi, verdaderas puertas de acceso al espacio biográfico perirrossiano –el concepto corresponde a Leonor Arfuch–, la escritora le expresaba a Néstor Sanguinetti el deseo de que al lector de La insumisa le importe poco saber si son cosas que le ocurrieron a ella: «Se pued...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate