Partamos de lo evidente. El universo de los viajeros contadores de historias ha tenido un crecimiento tan geométrico como las propias posibilidades tecnológicas. Si la explosión de las redes sociales y las plataformas nos ha traído al galope en la última década (¿un poco más, quizás?), qué decir de los formatos que se subieron a esa vorágine: el periodismo muta, un celular permite registrar en vivo lo que sea, las redes tientan a construir relatos, y la necesidad de ocupar esos espacios se nos transforma en desesperación. De ahí a hablar sin saber qué decir hay un paso, claro. En las plataformas de video vemos a personas reaccionar en vivo a lo que otras personas hacen y nos da cringe, para usar términos actuales.
Pero, ojo, la tentación de pensar todo eso como una caja de Pandora que cont...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate