Lo incidental es que Maldonado, en pleno comienzo de la temporada turística y con temperaturas impiadosas, se quedó sin agua corriente por tres días. Lo que está en el fondo son los recurrentes problemas con la calidad del agua en la Laguna del Sauce y la presencia cada vez más protagónica de las cianobacterias. En el medio, los usuarios manifiestan su impotencia frente a la falta de respuestas del sistema político.
Casi toda la población de Maldonado quedó sin agua corriente entre el domingo 27 y el martes 29 debido a una falla ocurrida en la usina de tratamiento de Ose en la Laguna del Sauce. Las autoridades de la Unidad de Gestión Desconcentrada (Ugd) del ente estatal –que provee el servicio de agua potable y saneamiento en el departamento– anunciaron que investigarán al jefe de la planta de tratamiento y a los operarios que no comunicaron a tiempo un problema hidráulico detectado por el sistema informático el viernes 25. Nada más. Como si con esto alcanzara para tranquilizar a los usuarios, sabedores de que el problema de fondo es la lentitud o la ineficacia de las políticas públicas para contener el proceso de eutrofización de la Laguna del Sauce. Lejos de calmar los ánimos, la actitud con que gobernantes y dirigentes políticos enfocan el incidente –sumada a la desconfianza respecto de la información de prensa– ha desatado una combinación de impotencia, incertidumbre e indignación.
Este último episodio coincidió con el primer gran pico de ingreso de turistas y elevadas temperaturas estivales, que aumentaron la demanda de agua. Pero también incidió que durante los anteriores 45 días la usina enfrentó los efectos de una floración de cianobacterias en la laguna (no en vano a mediados de mes resurgieron las quejas de usuarios que sintieron olor y gusto a cloro). Para el gerente general de la Ugd, ingeniero Hugo Trías, los cambios en la calidad del agua bruta de la Laguna del Sauce debido a la proliferación de algas (eutrofización) constituyen “una parte sustancial” en problemas como el registrado esta semana.
En agosto pasado el presidente de Ose, Milton Machado, confirmó que el ente invertirá 12 millones de dólares en la usina de la Laguna del Sauce. En esa instancia puntualizó que el dinero se destinará a la construcción de un nuevo sistema de filtrado mediante carbón granular (según Trías, en los primeros meses de 2016 se definirá la licitación) y a la instalación de un tanque de contacto para el carbón activado en polvo (este ya está operativo). “Lo que se hará en los próximos dos años es poner barreras lo más altas posible a los fenómenos generados por los sistemas biológicos de la laguna. Estamos equipando la usina para enfrentar lo mejor posible los fenómenos de eutrofización. Conforme nos equipamos, la probabilidad de ocurrencia de fenómenos como el de marzo-mayo –que fue el más grave de los últimos años– es cada vez menor. Pero no estamos diciendo que no vayan a suceder”, advirtió Trías. Entretanto, los únicos filtros que tiene la usina son los ocho de doble manto que se saturaron esta semana y que “hace años presentan problemas”. “Sobre los filtros hemos trabajado desde siempre. Hay millones de informes técnicos y se ha venido trabajando y haciendo modificaciones”, aseguró el ingeniero.
La acumulación de sedimentos (colmatación) en los filtros fue tal que, sin la atención necesaria, el agua dejó de ingresar a los cuatro tanques que la distribuyen desde la Sierra de la Ballena a las zonas altas de Maldonado, San Carlos, Pan de Azúcar, Piriápolis y sus balnearios. En la noche del domingo la demanda superó a la producción y las canillas se secaron. El director que representa a la Intendencia de Maldonado en la Ugd, Miguel Corbo, prometió restablecer el servicio para el lunes 28. Pero la limpieza de los filtros tardó más de lo previsto y todo pareció una broma pesada por el Día de los Inocentes.
Con el correr de las horas, sin que el suministro se reactivara al cien por ciento, Corbo cargó públicamente contra “el jefe y los operadores de la planta” que “no vieron lo que estaba a la vista de todos”. “Acá los que mandan son los que tienen que controlar, acá hay falta de control, hay amiguismo. (…) Al menos una cabeza tiene que rodar, y no chica”, declaró a La Prensa, de Piriápolis, seguro de que no será la suya.
OTRO MOMENTO. A diferencia del episodio de mal sabor y olor del agua ocurrido durante el otoño pasado, los últimos dos incidentes (el de esta semana y el de las cianobacterias detectadas en la primera quincena de este mes) han tenido escasa repercusión política y una cobertura periodística llamativamente benévola con las autoridades.
El constructor Miguel Corbo, colorado designado en la Ugd por el intendente Enrique Antía (Partido Nacional), no sufre los embates periodísticos que experimentó su antecesor, el ingeniero Jorge Hourcade. Los blancos que en mayo llamaban a protestar frente a la Ugd por la mala calidad del servicio, hoy hacen mutis. Tampoco aparecen los que, en alianza con el diputado colorado Germán Cardoso, promovieron la interpelación de la ministra Eneida de León (Mvotma) en el Parlamento.
En la otra vereda, el Frente Amplio luce paralizado. En pleno receso de la Junta Departamental –hasta ahora única caja de resonancia del descontento frenteamplista con la gestión de Antía– los ediles hacen catarsis en las redes sociales. A título individual desafían a los blancos a reeditar el escándalo mediático de mayo que incidió –a su juicio fuertemente– en la derrota electoral. Con la misma irresponsabilidad con que hace meses cuestionaban a sus oponentes, postean imágenes de vasos y piletas con líquido marrón para mofarse del momento que le toca al intendente Antía y su representante en la Ugd. Huele a revancha.
El diputado y ex intendente De los Santos (Alianza Progresista) reconoció a Brecha que la fuerza política departamental no ha tratado este asunto en forma orgánica. Tampoco hay indicios de que vaya a hacerlo. Empero, como representante nacional, De los Santos consideró que en este incidente existe “una responsabilidad directa del director territorial de la Ugd y una responsabilidad de Ose como empresa estatal proveedora del servicio”. “Esas responsabilidades no se pueden transferir a otros: atravesamos una situación compleja durante el verano, y el directorio de la Ugd debe garantizar que todos los mecanismos de supervisión funcionen”, comentó. En su opinión, la delicadeza de la situación (es como una bomba de tiempo en pleno verano, en un departamento que vive del turismo) exige que los tres directores de la Ugd (el presidente y el vicepresidente de Ose más el representante de la Intendencia) “se instalen en Maldonado para informar sobre las causas de este incidente y las medidas que van a tomar en adelante, porque recién estamos empezando la temporada”.
OLEAJE. Por lo pronto, al cierre de esta edición se había convocado a una sesión extraordinaria de la Comisión de Medio Ambiente de la Junta Departamental de Maldonado. La intención es pedir informes a la Ugd y a Ose sobre este episodio y reclamar al Comité de Cuenca una puesta a punto del avance de las medidas aprobadas por el gobierno para la gestión de la Laguna del Sauce. La edila Marita Fernández Chávez (Cabildo), secretaria de la comisión y activa participante durante la pasada administración departamental, reconoció a Brecha que no hay intenciones de “agitar las aguas” justo al inicio de la temporada. “Si sumamos lo de la laguna a lo de las cianobacterias en las playas de Montevideo y Canelones, acá no queda ni el loro. Lo que nos interesa es que la gente trabaje. Nos hemos quedado callados porque la gente necesita trabajar; ya sabemos cuál es la situación de la laguna y (que) los fenómenos pueden ocurrir en cualquier momento”, argumentó, convencida de la conveniencia de esperar a marzo para retomar el tema.
De todos modos, un grupo de usuarios autoconvocados por Facebook llama a una movilización para protestar este miércoles frente a las oficinas fernandinas de la Ugd (Ledesma y Sarandí). Bajo la consigna “No me callo más, ¡sumate!”, exigirán a las autoridades “respuestas y soluciones”, no por haberse quedado un día sin poder ducharse, sino por la calidad del agua que consumen y la sensación de que nadie les está dando las respuestas que el tema amerita.