Intérprete cultural - Semanario Brecha
Con Karen A. Higgs, sobre el proyecto Guru’Guay

Intérprete cultural

Británica de nacimiento, se vino a vivir a Uruguay en los albores del siglo XXI y armó un sitio web de asesoramiento e información para extranjeros. Así nació Guru’Guay, que también incluye dos guías escritas por Karen: The Guru’Guay Guide to Montevideo, de 2016, y The Guru’Guay Guide to Uruguay: Beaches, Ranches and Wine Country, de 2017, de la que se lanzó en estos días la segunda edición.

magdalena gutiérrez

—¿Cómo nació el proyecto Guru’Guay?

—Era el año 2013 y yo hacía tres años que estaba al frente de una pequeña posada que teníamos con Sergio, mi pareja, en la Ciudad Vieja. Para captar a nuestros clientes nuestro sitio web estaba en inglés y en español, y venía mucha gente de Estados Unidos y Europa. Cada persona que llegaba nos decía: «Fue casi imposible encontrar buena información, actualizada, sobre Uruguay». Yo era comunicadora digital, había hecho mi primer sitio web en el año 97. ¡Uf! Yo llegué acá en el 2000 y ya era nómade digital, venía a trabajar a la distancia… Bueno, en 2013 todo el mundo me decía que tenía que hacer un sitio con información turística sobre Uruguay. Yo sé cómo soy, superquisquillosa: si lo iba a hacer, lo iba a hacer bien y eso iba a llevar mucho tiempo y trabajo. Pero luego, en la posada, la gente nos empezó a rankear muy bien, y la diferencia que teníamos, la clave, era que cuando la gente llegaba yo los orientaba y les daba información escrita con todas mis recomendaciones. Los visitantes decían que nunca habían tenido un check-in así en sus vidas, estaban encantados. Bueno, como estábamos súper bien rankeados, un día me llamó un periodista de Lonely Planet. Tenía escrita una guía sobre Argentina con un capítulo de Uruguay. ¡Un capítulo, nada más! La información era realmente muy mala. El tipo llegó a nuestra posada y yo le dije: «Claro, estás acá para actualizar tu capítulo sobre Uruguay, ¿no?». Y me dijo que sí, pero que, lamentablemente, tenía muy poco tiempo, solo tres días. «¿En Montevideo?», pregunté. «No, tres días en Uruguay», contestó. Y a mí me pareció hasta ofensivo. La gente compra guías porque piensa que están bien hechas, porque las necesita.

—¿Vos tuviste esa experiencia viajera?

—Claro, viajando en los noventa utilizábamos varias guías. Conversábamos mucho también, con otros viajeros, preguntando si tal o cual destino valía la pena. Y cuando se hablaba de Uruguay, la gente decía: «No vale la pena». Porque, claro, Uruguay lo que tiene son muchos intangibles, eso es lo que lo hace especial. No tenemos las playas exuberantes de Brasil, la cultura del tango la copó Argentina, Perú y Ecuador tienen la cultura indígena, Chile las montañas… Todo eso es obvio, lo ves en una foto. Pero Uruguay tiene otras cosas que no se ven: tiene la gente, tiene la cultura. Nadie estaba contando esas historias y decidí que no iba a dejarlo pasar, porque este es mi país adoptivo. Así que pensé: «Voy a recomendar Uruguay. Lo voy a hacer yo». En 2013 arranqué con el sitio web, pero recién después de un año me di cuenta de que me había olvidado de poner palabras claves para que el sitio pudiera encontrarse con los buscadores. ¡Así que fui por todas las notas poniendo palabras claves! Y el sitio se disparó. En 2014 lo visitaron 250 mil personas. Efectivamente, la gente estaba buscando información sobre Uruguay.

—¿Y cómo surgió la idea de hacer un libro?

—El sitio tenía dos años, yo le estaba dedicando muchos recursos y pensé «ok, lo que puedo hacer es escribir un libro sobre Montevideo». No me atrevía a escribir un libro sobre Uruguay, todavía era muy montevideana. Conocía Montevideo superbién, conocía las playas, conocía Colonia, pero aparte de eso, no mucho más. Típica montevideana. [Risas.] Entonces pensé que no quería cometer el error de mis colegas, de pensar que podía conocer el país en tres o cuatro días, y que lo mejor era escribir sobre Montevideo, porque podía hacerlo sin tener que pedir demasiada ayuda. Entrevisté a algunas personas para la sección sobre arquitectura e historia, y les hice todas las preguntas que los extranjeros me hacían a mí.

—La experiencia de haber recibido gente te sirvió.

—Claro, yo ya estaba recibiendo entre 200 y 300 extranjeros de habla inglesa todos los años. Era un laboratorio increíble. Entonces, el libro, a pesar de ser sobre Montevideo, también incluyó cosas sobre Uruguay, cosas que la gente necesitaba saber. Tiene, por ejemplo, un capítulo sobre diez películas uruguayas que tenés que ver antes de venir y diez libros uruguayos que tenés que leer. Y hablando de la cultura, el libro cuenta, por ejemplo, cómo se puede hacer para llegar a la cena en Uruguay, porque acá se cena a las diez de la noche.

—Los británicos cenan mucho más temprano.

—¡Los estadounidenses también! De hecho, una de nuestras líneas comerciales ahora, más de diez años después, es ofrecer consultorías a personas que quieren asegurarse de que Uruguay es una buena opción para venir a vivir. Justo ayer estuve entrevistando a un estadounidense que me dijo: «¡Voy a pasar hambre! No voy a poder llegar a cenar a las 10 de la noche». Así que le dije: «No, mirá, te voy a contar cómo se hace acá en Uruguay, a las cinco de la tarde se va a la panadería, se compran unos bizcochos dulces o salados, se toman con una bebida caliente. Después podés dormir una siesta, luego te levantás, te das una ducha y luego estás fresquito para ir a las diez a cenar». «¡Wow!», me dijo él. Ya se imaginaba que iba a tener que entrar en una especie de ayuno.

—Sos como una intérprete cultural.

—Claro, siempre digo eso. Y, cuando a los uruguayos les gusta mi trabajo, es lo máximo. Mis años acá, mi inserción en la sociedad a través de mis amigos, mi experiencia haciendo música: todo eso hace la diferencia entre lo que escribo y lo que puede escribir un periodista extranjero.

—¿Qué es lo que más te estimula de tu proyecto?

—Me encanta trabajar en equipo, es lo que me hace más feliz. Por eso no digo que soy escritora, siempre digo que soy comunicadora. Nuestro trabajo es un trabajo colaborativo, y para tener un equipo tenés que pagarle a la gente, generar ingresos con cierta frecuencia. Fueron varios años de encontrar cómo, porque yo no nací emprendedora, vengo de una familia de empleados. Tuve que estudiar, desembolsar dinero en capacitación. Fue mucho trabajo.

—El primer libro de Guru’Guay fue sobre Montevideo y el segundo, sobre Uruguay. Lo que presentaste en estos días fue una segunda edición de esa guía general. Contame qué tiene de nuevo.

—La guía sobre Uruguay se enfoca en playas, estancias y viñedos, porque es lo que todos los extranjeros quieren visitar cuando vienen. La primera edición abarcaba solo el sur del río Negro, pero ahora fuimos mucho más arriba: Paysandú, Salto, Rivera, Tacuarembó. Lo que yo necesito es poder hacerles recomendaciones de calidad a mis lectores, y ellos necesitan hoteles, restaurantes, tours… Encontramos empresas que ofrecen servicios a nuestro público, entonces les servimos como vidriera. Nunca vamos a estar recomendando muchas cosas, porque somos superselectivos. Cuando conectamos con las empresas, experimentamos sus servicios como si fuéramos un huésped más. Y nos tiene que impresionar muy bien para entrar en un acuerdo comercial. Si consideramos que su servicio es bueno, los incorporamos y ellos pagan una pequeña suscripción mensual para que nosotros escribamos y publiquemos sus reseñas. Nuestro boletín mensual lo ven 4 mil personas en el extranjero. Y en las redes y en el libro, solo recomendamos hoteles y restaurantes que abren todo el año: nuestra idea es colaborar para que el turismo en Uruguay sea realmente sustentable para las personas que trabajan en el rubro. 

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