Los animales le han prestado un invalorable servicio a la humanidad, y no estamos hablando de la extendida costumbre humana de comérselos. Nos referimos a ese ejercicio de utilizarlos para narrar, que se remonta a la antigüedad clásica; pasa por las composiciones indias, persas y árabes; sube a toda máquina por la Edad Media, y desemboca alegremente en la edad moderna, en la que se desparrama por campos, ciudades y montañas para anidar muy rentablemente en las películas de Disney, Dream Works y Pixar. De esa especie son los cuentos del zorro, cuyo origen es francamente europeo, pero han encontrado tierra fértil donde prender en la tradición oral –y, después, en la literatura– a ambos márgenes del Río de la Plata.
«La literatura uruguaya cuenta con cuatro volúmenes dedicados enteramente a l...
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