—Olvidate de encontrar algo o a alguien a esta hora –dice antes de matar el fondo de cerveza que queda en el vaso de plástico.
Estamos en la explanada del liceo, como lo estuvimos cada mañana durante los tres años de bachillerato, solo que más grandes, cansados y solos. Sobre todo, solos. Lo que antes era un punto de reunión en las noches sanduceras hoy es un lugar por el que no pasa un alma. Pero, claro, hay una pandemia y los únicos que recorren las manzanas del liceo departamental y la plaza Artigas son los efectivos del Grupo de Respuesta Táctica, en busca de quienes, como mi amigo Morencio y yo, buscamos dar una breve probada de la vieja normalidad, al menos para ponernos al día.
Los primeros fríos se instalan en Paysandú en otoño y recrudecen rápidamente, cortesía del río Uruguay. De...
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