Una cosa buena dejó el pasaje por la cárcel de las Pussy Riot, esas muchachas rusas definidas como hacedoras de punk rock feminista (según la Wikipedia), y es que no lo van a hacer más. Los cantos y las performances en las que ponían bastante desenfado pero escaso talento darán paso ahora a una fundación en defensa de los derechos de los presos.
Eso fue lo que dijeron Nadezhda Tolokonnikova y Maria Aliojina en la conferencia de prensa que brindaron unos días después de dejar la cárcel. Allí entraron dos años atrás, junto a otra de las Pussy, Ekaterina Samutsevich, luego de copar la catedral Cristo Salvador, templo principal de la Iglesia Ortodoxa rusa. Ese día desde el altar entonaron unas delicadezas que ofendieron al presidente Vladimir Putin, en momentos en que buscaba su lograda r...
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