Esta nueva entrega de Julio Varela, periodista y
narrador, rompe con un silencio de más de veinte años en relación con el género
novelesco. Dividida en 36 capítulos, podría decirse que Fuga parece una
síntesis entre cierta vertiente del realismo mágico y la psicodelia. Incluso es
posible agregar que, por momentos, nos remite de un modo muy cercano a la prosa
de Juan Morgan, el álter ego de Julio Inverso, así como al Cortázar de “El
perseguidor”. Varios de sus puntos de contacto tienen que ver con el trabajo
que lleva a cabo con la lengua en los lindes de la poesía, la exhibición de la
construcción metafórica como artificio, la captación psicotrópica de un decir
que busca cierto efecto adánico, como si fuera la primera vez que se nombrara
la realidad –o sus distorsiones–; también se pueden ...
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