Nunca figuró en la «avanzada» del Taller Torres García (TTG), entre aquellos primeros discípulos que con el tiempo obtuvieron renombre y un lugar destacado en el mercado del arte, como, por ejemplo, Carlos Fonseca, Francisco Matto, José Gurvich, Manuel Pailós y Julio U. Alpuy. Las razones, seguramente, son varias, no solo debidas a cuestiones estéticas, en todo caso, inherentes a una trayectoria distinta a la de la mayoría de sus colegas.
Probó aprender pintura de niño con Manolo Lima, alumno de Torres, y, cuando este se fue, llegó por sus referencias al maestro del universalismo constructivo. Tenía 11 años de edad, y 15 cuando Torres falleció. Sin embargo, se mantuvo siempre fiel a esa línea torresgarciana claramente discernible en el equipaje de símbolos y en la preocupación por consegui...
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