Cuarto libro de Felipe Palomeque: La eterna búsqueda de Cunegunda - Semanario Brecha
Libros. Cuarto libro de Felipe Palomeque

La eterna búsqueda de Cunegunda

El pijama de Lynch, de Felipe Palomeque. Yaugurú, Montevideo, 2023. 104 págs.

Entre un doble devenir, en un viaje al exterior y al interior, el narrador protagonista crea y recrea un universo que debe ser observado de manera espejada. Como jugando con la doble cara de todo, el libro se presenta en su formato editorial como un disco de pasta: la dicotomía de la doble lectura es el tema principal, y la idea se potencia en el hecho de que hay que girar el libro para continuar leyendo.

Si somos prolijos, y empezamos por donde se debe, comenzamos leyendo el lado A: un diario de viaje por algunos países de Asia y Europa que se nombran en las entradas, junto con la fecha. Si nos gana la ansiedad, pretenderíamos descubrir descripciones de ciudades, de espacios o de experiencias del narrador viajero. Pero no. Las entradas, todas, más allá de la fecha y el lugar, son tituladas con guiños metafóricos a la trama o peripecia de la situación que se relata, es decir, el encuentro con un personaje femenino. En algunos casos, mujeres que son eje de seducción con quienes el narrador coquetea; en otros, mujeres que solamente le llaman la atención por actitudes particulares. Otras veces, la aparición de un personaje femenino es ya conocido en la pre-historia del protagonista. Intercalado con esto, durante el viaje, el narrador intenta leer 2666, de Bolaño, con un esfuerzo que lo atormenta.

El lado B se integra por entradas de un diario, quizás del mismo protagonista, quizás de uno diferente. Luego nos enteramos de que Nando es el mismo narrador que el del lado A, y lucha cotidianamente con un ejercicio de escritura que funciona como escape del universo laboral y rutinario en el que se encuentra inmerso. Tiene un trabajo que no le agrada, vive en un monoambiente al que se ha mudado con su reciente novia, Amelia, mientras repara su casa para mudarse definitivamente juntos. Ambas partes construyen un diario de ruta: un viaje de recorrido y un recorrido personal por encontrar sentido a lo que se escribe. Asimismo, en ambos lados la lectura y la escritura, como las mujeres con las que Nando se cruza, o Amelia, son elementos clave de doble interpretación.

En la actualidad, son pocos los narradores masculinos que exponen su intimidad. Aquí están la rutina de pareja, la reflexión por medio de la escritura –puesta en cuestión en el lado B–, la neurosis por el sexo opuesto en el afán de soltería –evidenciada en el lado A–. Como la propia referencia que hace Nando a El discurso vacío, de Levrero, se dibuja una discursividad sobre la construcción de una vida; en este caso, una existencia masculina signada o hilada por la presencia tanto de la literatura como de lo femenino, en un juego de espejos o de búsqueda del doble. La estructura intenta la ejecución de una perfección temporal: cada parte cuenta con 50 páginas justas que dividen el libro-diario-disco-vida a la mitad. De esta manera, ninguna cosa es como se presenta, sino que el buen lector debe anticipar la cara oculta de la moneda. Es entonces que hay que preguntarse cuál es la esencia del protagonista que se nos anticipa en el lado A, pero termina por desvestirse en el B. La propuesta del texto parece ser que es en este segundo lado, el B, el oculto, el que viene después, aquel en el que radica la esencia. Como escribe Nando, «Lo de Levrero tenía que ser todo una mentira, que con la máscara más real había elegido embaucarnos a todos, y que yo, copiándolo a él, lo único que hago es mentir».

Palomeque retoma la tradición de la literatura de viaje en relación con la escritura del diario íntimo y, por tanto, con la idea de novela de aprendizaje. Un soltero está construyendo su vida, su pareja y su casa mientras escribe y dialoga consigo en ese ejercicio de la palabra. Podríamos estar frente a un bildungsroman actual, al que no se le escapa la referencia a Voltaire. Un Cándido que, al principio, huye de Montevideo, conoce el mundo femenino y vuelve a la tranquilidad de su hogar de pareja, o al de su diario íntimo. Hasta describir el encuentro con un hombre idéntico a él en un bondi de la ciudad.

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