La facilidad del trazo - Semanario Brecha
Eduardo Vernazza y el arte en escena

La facilidad del trazo

La facilidad del trazo, exposición de Eduardo Vernazza en el Espacio Cultural Edificio Artigas. Detalle de Los novios de Loches (Nelly Weissel, Marina Sauchenco y Estela Castro), 1976. Thiago Rocca

Esta exposición posee el doble interés de la exhibición plástica y del registro de una época de esplendor del teatro uruguayo. Y para muchos, que aún no lo han visitado, tendrá el triple interés de conocer un espacio cultural que poco a poco va ganando un merecido sitial en la Ciudad Vieja de Montevideo.1

Con el título El arte en escena, la muestra recoge una selección de obras pictóricas de Eduardo Vernazza (Montevideo, 1910-1991). Durante más de 50 años, Vernazza ejerció la crítica de arte en el diario El Día y, en paralelo, la ilustración y la crónica en imágenes, en especial el registro de las personalidades que pasaron por las tablas. Son dignos de evocar sus dibujos para el suplemento dominical de dicho diario, superiores en el tratamiento de la línea a sus obras en otros géneros, como los candombes, por ejemplo, o sus esporádicas incursiones en la abstracción.

Roxana Palotta, directora del Espacio Cultural Edificio Artigas, ha llevado adelante una minuciosa pesquisa, con la ayuda del Centro de Investigación, Documentación y Difusión de las Artes Escénicas, para identificar a los personajes que retrata el artista y establecer en qué obra teatral en particular fue tomado el apunte. Porque, esencialmente, Vernazza fue lo que se denomina un apuntista. El apunte era un género poco tratado en Uruguay en los medios de la prensa escrita cuando Vernazza, adolescente, de la mano de su tío Marcelino Buscasso, comenzó a tomar notas y hacer bocetos de las figuras de renombre que recorrían la escena teatral montevideana. En esta exposición se pueden apreciar varias pinturas de considerable formato que registran en plena acción grandes nombres del mundo del teatro, la ópera y la danza, como Margarita Xirgu, Rudolf Nuréyev, Estela Medina, Dahd Sfeir, Vivien Leigh, China Zorrilla, Vittorio Gassman, Enrique Larreta y Margot Fontayne, entre otros.

El artista demuestra tener un ojo muy dúctil para la captación del vestuario y los movimientos en escena, y para resolver técnicamente las distintas texturas y juegos cromáticos que se generan. Se centra en la figura humana, siempre protagonista; busca captar el divismo de la actuación y la gestualidad exagerada de los mimos y los clowns. Se sirve del pincel seco, de la espátula, del esgrafiado, dependiendo del énfasis expresivo que quiere lograr, mezclando los colores con gran libertad para producir efectos cromáticos que buscan sorprender al observador, aunque no siempre lo consiguen, pues la ampulosidad a veces distrae o enturbia la estructura formal de la obra. La velocidad y la facilidad del trazo son dominantes y determinantes en estas piezas. Vernazza no se demora en los detalles: las masas y el carácter importan ante todo.

Resulta difícil hoy conocer a cabalidad una figura de la impronta cultural de Eduardo Vernazza, que cumplió múltiples funciones. Supo ejercer el magisterio; entre sus alumnas destaca Linda Kohen, cuya técnica posee algunos puntos de contacto con el viejo maestro. La crítica tuvo, durante la mayor parte del siglo XX, un papel protagónico en los medios y Vernazza la cultivó siempre con solvencia y respeto a los creadores. Esta exposición recoge un costado de su arte, tal vez el más grandilocuente, acorde a la teatralidad del asunto abordado.

1. Espacio Cultural Edificio Artigas, Rincón 487.

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