La irresistible canonización de Javiel Cabrera - Semanario Brecha
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Un gran libro para un rescate ejemplar

La irresistible canonización de Javiel Cabrera

No es solo un bellísimo libro de lo que antes fue una gran exposición, es la culminación de un esfuerzo de tres lustros dedicados a desentrañar el misterio de una vida llena de vacíos y el enigma de una pintura que no se parece a ninguna. Y es el final de una lucha épica por reivindicar a Javiel Raúl Cabrera, el raro, el otro, como uno de los grandes pintores de Uruguay.

Autorretrato, 1965 Museo Nacional de Artes Visuales

«Tanto es el amor que no pinto.» La frase fue copiada a manera de epígrafe por Felisberto Hernández en un manuscrito de El caballo perdido. Se trata de una cita de Javiel Raúl Cabrera, más conocido como Cabrerita, pero Felisberto evitó el legendario diminutivo y atribuyó la misteriosa frase a un sobrio y respetuoso Cabrera.1 El borrador descubre un vínculo secreto entre esos dos grandes raros que fueron, hacia la mitad de los años cuarenta, nuestra verdadera y postergada vanguardia. Lejos de grupos y manifiestos, y mayormente solos. Si lo pensamos bien, lo extraño hubiese sido que no quedara una huella capaz de unirlos.

Uruguay no ha sido escaso en raros y la vigencia de esa categoría viva aún es un síntoma de su pertinencia a la hora de pensarnos. Esa prodigalidad tiene su contraparte...

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