Hokusai vivió 88 años, Leonilda, 93. Pero la cita en tanto metáfora refiere a otro asunto: la voluntad de superación ilimitada o, puesto de otro modo, el anhelo de la salvación a través del arte. Esta voluntad y ese anhelo definen la obra de Leonilda tanto como definieron su personalidad: Esta soy yo, tituló el libro en el que escribió su semblanza de vida. Ese indómito carácter asertivo, como de estaca, condice, también, con la elección del grabado en madera, técnica que contempla la intervención del azar y la posibilidad del error, pero no la corrección o el arrepentimiento. Cuando la gubia hiere la matriz ya no hay vuelta atrás. Y Leonilda fue tan leonina a la hora de moldear su carácter como de atacar el arte.
Cuando los artistas fallecen, sus obras son, en cierta forma traslaticia, la...
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