—En plena efervescencia digital, ¿por qué un libro en papel?
—No lo conversamos mucho, pero por mi lado creo que ningún formato digital puede sustituir el placer sensorial de tener en las manos, y hasta oler, un libro-objeto. Ese ir y venir por las páginas… Como este producto tiene, además, abundantes fotografías e ilustraciones, el tipo de papel en el que está impreso potencia esas imágenes y valoriza el trabajo de la diseñadora, el fotógrafo y el ilustrador. La Mojigata había tenido algún amague de libro en su historia, y sentimos que había llegado el momento de concretarlo. También me parece que, en tanto creación propia, es un objeto que genera sentido de pertenencia en cada murguista y prueba que una murga puede hacer algo más que cantar en un escenario.
—¿Qué anécdotas rescatás del proceso que llevó del libro imaginado al que finalmente resultó?
—Es un libro sobre La batalla cultural, el espectáculo que La Mojigata presentó en el Carnaval 2020. Está armado con fotos que registran, desde una mirada más interna, escenas de noches de tablado, algunas crónicas de esas noches redactadas por personas a las que invitamos a acompañarnos en la bañadera y a escribirlo después, textos escritos por personas vinculadas formativa o afectivamente con la murga –como Guillermo Lamolle y Pinocho Routin–, algunas letras del repertorio y algunas líneas confeccionadas por integrantes. No hay, entonces, una narración típica, sino una miscelánea que fuimos generando con estos elementos, a los que sumamos ilustraciones. Así que no tuvimos que escribir mucho, más allá de un breve fragmento introductorio; por lo mismo, la tarea estuvo centrada en seleccionar materiales antes que en modificarlos.
—¿Y me permite, el libro, comprender aunque sea de refilón el carnaval?
—El carnaval es un mapa con muchos territorios; un puzle cuyas piezas no siempre encastran. El que presenta el libro es el que más nos gusta, el del contacto con la gente, el de los tablados de barrio, el alejado de burocracias. Los textos de Lamolle y Routin hablan, precisamente, del lugar que, a su criterio, ha ocupado directa o indirectamente La Mojigata en el carnaval y de cómo logró trascenderlo.
—¿Con base en qué habilidades te parece que lo trascendieron?
—Las letras y el temperamento revulsivo de La Mojigata siempre atrajeron a gente a la que no necesariamente le importa cómo nos va en carnaval. Eso no es bueno ni malo, simplemente es, y responde, en parte, a tu pregunta. La inclusión sostenida de la niñez en el repertorio de la murga –aunque este año ese tema no estuvo tan directamente presente– es otro elemento. Niñas y niños, hijas e hijos han estado presentes en la dinámica creativa de la murga y son un brazo más de la propuesta artística, al punto de que algunas de nuestras letras surgieron de talleres realizados con ellos. Esta actitud familiera, digamos, es la que en los tablados nos conecta rápidamente con el público y la que animó a sindicatos, organizaciones sociales y, otra vez, la gente, a decirnos sí cuando le pedimos apoyo económico. Todos recibieron algunos beneficios como contrapartida. Otro factor de crecimiento artístico, compartido con otras murgas, es nuestra conexión permanente con circuitos de música popular externos al carnaval.
—¿El ejemplar le habla, también, a personas no aficionadas a las murgas ni al carnaval?
—Humildemente creo que sí, porque muestra cómo una formación artística vive un compromiso físico, creativo y emocional durante 40 días, en un viaje develador de cosas que ocurren detrás de lo visible y sabido, pero que son relevantes en términos de felicidad. Estimo, por otro lado, que un libro siempre es una señal de que alguien metió cabeza en elaborar algo que quizás le sirva a tu vida, más que a tus sentimientos hacia el carnaval.
—¿Había demanda de un libro en el entorno inmediato de la murga o fue una necesidad grupal?
—No fue una necesidad interna; la iniciativa arrancó de exintegrantes y personas cercanas a la murga que no integran nuestra cooperativa, pero casi enseguida nos sumamos todas y todos. A algunas compañeras y compañeros les llamó mucho la atención verse reflejados en un libro. Y su publicación acompaña, en más de un sentido, nuestra decisión de no volver a presentarnos al Concurso Oficial de Carnaval por discrepancias con su organización y la de plegarnos a la propuesta alternativa que inauguraron el año pasado, en Capurro, agrupaciones amigas.
1. La Mojigata 2020. Batalla Cultural. Libro de la murga La Mojigata con gestión editorial de Ximena Rodríguez, Diego Andrés Martínez, Marcelo Faingola y Omar Adi Santos, diseño y diagramación de Ximena Rodríguez, ilustraciones de Faustino Quadros, fotografía y diseño de portada de Diego Andrés Martínez, gráfica de Amalia Amarillo, edición de Marcelo Faingola y Omar Adi Santos, colaboración en edición de Mateo Magnone y corrección de Florencia Eastman Ruegger.