—¿Cómo es tu vínculo con el disco1 en estos días en que empieza a mostrarse, a darse a conocer?
—El disco demora tanto en grabarse, hay tantas idas y vueltas, tantas cuestiones afectivas que, tal cual me pasó con el otro, en un momento pierdo la referencia. Y necesito tomar distancia, incluso estoy recuperándome del disco, ensayando para la presentación con la muchachada. Pero, a su vez, estoy recuperando la energía del disco, porque es una obra, como si fuera un cuadro que está ahí y de repente el pintor lo mira, se transforma en casi un espectador, porque la obra terminó. Ya está, terminé el disco, necesito no ser ese que hizo el disco, tomar distancia, hacer otro tipo de escucha, como quien escucha un disco ajeno, aunque, obviamente, es imposible, pero trato de hacerlo de la forma más o...
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