Rosana Guardalá es más conocida como activista cultural, ensayista y narradora. Hasta ahora su incursión en la poesía se había dado de manera subterránea en Rosario, Argentina, con su puesta en voz en pequeños ciclos y grupos de amigos. De allí que su primera entrega en este género irrumpa con un estilo despojado, de impronta coloquialista, en el que se observa –o se escucha– la huella de una constante cadencia oral. Es decir, hablamos de un conjunto de textos que funcionan como una suerte de rapsodia, y la elección de este último término no es casual. “Rapsodia” viene del griego rhapsodós, ‘el que cose o remienda’, y ódé, ‘canto’. Y de eso trata, justamente, Costura invisible: un conjunto de textos hilvanados, de un entrelazamiento de situaciones cotidianas desde el cual enunciar una suer...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate







