De cómo una auxiliar de enfermería, una estudiante de la Licenciatura en Historia y varios pacientes del Vilardebó están recuperando capítulos enteros del pasado uruguayo, capítulos incómodos que parecía cordura olvidar.
“Sacá la cuenta”, sugirió la investigadora extrayendo de su estante uno de los casi seiscientos libros de registro de pacientes del hospital Vilardebó que ha logrado recuperar y catalogar. “Los primeros volúmenes, que no tienen fotografías de los pacientes, son de entre trescientas y quinientas páginas y ocupan una sola por persona. Los que incluyen foto usan dos páginas”, precisó mientras abría el que sacó, uno de los de la segunda clase, que mostraba en una carilla los datos de una mujer, su rostro severo y triste, y en la otra, completada también a pluma, con caligrafí...
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