En Los fantasmas de mi vida: escritos sobre depresión, hauntología y futuros perdidos (Caja Negra, 2018), Mark Fisher sostiene que el resentimiento es «el comienzo de la resistencia contra la positividad obligatoria del realismo capitalista» (pág. 277). La derrota y el sentimiento de inferioridad reclaman su venganza en una fuerza no domesticada, que se desata de manera impredecible. El sujeto resentido se opone a la desigualdad social que produce el modelo económico imperante. La operación del neoliberalismo consiste en vaciarlo de la legitimidad de su violencia: convertir sus acciones en un exabrupto culposo o en el grito irracional de un inadaptado. Sin embargo, como observa Fisher, «la diferencia entre resentir la clase dominante y envidiarla es que los celos implican un deseo por volv...
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