En la nota que escribí hace un año sobre Desastres naturales, el primer libro de la autora,2 observé, entre otros asuntos, que el asidero mimético de su literatura se encuentra, también, en los vínculos que pueden darse entre las distintas formas que alimentan el movimiento de la vida. La naturaleza es significativa en sus escenarios: seres humanos y animales, la introducción natural de fauna y flora. En Temporada de ballenas, además del misterio encarnado en la ballena jorobada que hace avanzar la narración con una fuerza extraña y seductora, acuden gatos, perros, almejas, ranas, sanguijuelas, medusas, babosas.
La voz narradora que predomina en el relato es la de una niña que recuerda las voces infantiles que pueblan los cuentos de Desastres naturales. Todo comienza a partir de un correo ...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate