En 1968 el artista plástico y cineasta Andy Warhol predecía que “En el futuro, todos tendremos 15 minutos de fama”. En ese entonces no existían Internet y mucho menos las redes sociales; la televisión era un fenómeno en pleno auge y experimentación. En julio de 2014 Juan Sánchez, un niño de 12 años, había asistido durante las vacaciones de invierno a un taller de arte en una biblioteca en Bernardino Rivadavia, Bahía Blanca (Argentina), en el que fue entrevistado para un canal de cable local. Con el mote de “Minipersonaje del día” y con un tono sumamente particular en la voz, Juan contaba su gusto por diferentes manifestaciones artísticas pronunciando singulares frases, como “me gusta el arte” y “me gusta la literatura”.
Extrañamente corrió un lapso de un año hasta que el video se viralizó en las redes sociales y Juan pasó de ser un niño entre tantos a un objeto de humoradas, burlas, acoso y cyberbullying. Las palabras de Juan fueron reproducidas miles de veces, incluso algunos las utilizaron para crear memes, cuentas falsas en las redes sociales y remixes musicales.
En sus declaraciones, “Juancito Sánchez” –como figura en 240 mil resultados del buscador Google– afirmaba gustar de las historietas humorísticas del dibujante argentino Ricardo Siri –conocido como “Liniers”–, especialmente de la serie Macanudo. El artista, enterado del asunto, reaccionó en las redes sociales y salió en defensa del niño con frases como: “Sobre el tema de Juan Sánchez. No puedo creer que haya gente que bardee a un pibe de 12 años en las redes sociales. #hayqueserhijodeputa” y “¿No les da vergüenza? ¿Quién los educó? ¿Stalin?… Banco mucho a Juan”.
Más allá de las repercusiones, tanto positivas como negativas, esta mediatización involuntaria afectó a Juan y a su familia. Cuando muchos de los comentarios en las redes cruzaron la línea del humor tornándose demasiado violentos y Juan no dejaba de ser un tema de conversación, su madre se comunicó con el noticiero que realizó la entrevista y pidió que eliminaran el video de Youtube. En el canal no se hicieron responsables y alegaron que la entrevista estaba publicada por otros usuarios de la red; pero en un intento por compensar el mal momento que estaba pasando le ofrecieron entrevistarlo nuevamente para hablar de cyberbullying.
En esta nueva entrevista –que a pedido de su familia no fue publicada en la red– Juan contó su mala experiencia pero recibió una sorpresa de su ídolo, con quien se comunicó vía Skype y de quien recibió libros y dibujos de su autoría.
La historia no termina allí. Liniers y el músico Kevin Johansen visitaron a fines de setiembre el teatro Don Bosco, de Bernardino Rivadavia, para ofrecer uno de sus clásicos conciertos en el que el artista dibuja mientras Johansen interpreta su repertorio musical. Para sorpresa del público, en medio del espectáculo invitaron a subir a Juan al escenario, se declararon fans suyos y le regalaron uno de los dibujos.
Tras el encuentro el dibujante publicó un mensaje en sus cuentas de Twitter e Instagram, junto a una foto: “Ayer tuvimos visita de lujo en el recital de Bahía Blanca. Un gran placer conocer a Juancito Sánchez”. En la imagen ambos artistas rodean al ya adolescente, sosteniendo un cartel cuya leyenda hace referencia a una de las frases que popularizaron y condenaron a Juan: “Me gusta el arte. No me gusta el bullying”.