Como bien afirma Cristina Minhondo, Manuel Mujica Láinez, para narrar, utilizaba «el anacronismo y la supervivencia, que otorgan a los objetos del corpus una posición particular como voces privilegiadas, para narrar y evocar las historias y la Historia, lo cual genera nuevas líneas de sentido».1 La escritura de Mujica Láinez parece pertenecer a otra época, parece solamente ser posible en el pasado en el que se ubica la narración. Algo similar podría decirse de las voces de Troya blanda (1996), de Amir Hamed, donde el barroquismo intenso y desbordado de la narración parece desarticularse entre el pasado y el presente. De alguna forma, la escritura de Alejandro Paternain (Montevideo 1933-2004) coloca el pasado en el medio de su prosa y de la creación literaria, desde donde comienza a hilar espacios. Estos espacios son difíciles de identificar: las referencias espaciales son pocas, al igual que las históricas. La cacería (1994), novela que narra la batalla naval entre lusitanos y estadounidenses frente a las costas de nuestro país, tiene pocos datos que ayuden a ubicar al lector: el nombre de una ciudad, algún retorno, el nombre de alguien que está esperando y la fecha, 1820. Y que, en el barco estadounidense, flamea un pabellón tricolor. Otro ejemplo posible es Los fuegos del Sacramento, en la que vuelven a aparecer los portugueses como figuras que abren el espacio narrativo y comienzan a nombrar las inmensidades del territorio.
Alejandro Paternain fue profesor de literatura, pero al ser alejado del cargo durante la dictadura comenzó a escribir. En 1979, como indica Alejandro Ferrari en el prólogo de Beyrouth 1274. Escritos tempranos, empieza a enviar textos a distintos medios de prensa, tanto uruguayos como internacionales. En el prólogo de La cacería, el autor español Arturo Pérez-Reverte festeja la originalidad del trabajo del autor uruguayo, comparándolo con otros grandes autores de novelas de aventura «dignas de figurar junto a los mejores relatos navales de Patrick O’Brian, C. S. Forester y Alexander Kent».2 Este libro es la máxima exposición de los intereses del autor, la historia y el mar como espacio narrativo.
La obra de Paternain puede colocarse dentro de la llamada nueva novela histórica latinoamericana, nombre acuñado por el clásico de Seymour Menton La nueva novela histórica de la América Latina (1993). Este tipo de novela, que surge normalmente luego de etapas de crisis, como puede decirse de trabajos como ¡Bernabé, Bernabé! (1988), de Tomás de Mattos, se caracteriza por una serie de elementos: la subordinación de la reproducción mimética de cierto período histórico a la representación de ciertas ideas filosóficas del presente de la escritura; la distorsión consciente de eventos históricos, ya sea por omisiones como por exageraciones; la ficcionalización de personajes históricos, entre otras. Las novelas de Paternain entran en esta categoría no solo por la época en que fueron escritas, sino por el manejo que el autor hace de la historia. Beyrouth 1274 consiste en una serie de relatos cortos de Paternain publicados originalmente en la prensa y que la editorial +Quiroga compiló este año en formato libro. Si bien aquí los temas marítimos y de aventura que luego poblarían su obra no están del todo presentes, se puede comenzar a ver el interés que generan en el autor: en el cuento «El crepúsculo de los goliardos», el narrador dice: «Me hubiera gustado ver otros cielos y otras nubes». Expresiones similares aparecen en el cuento que inaugura la compilación: «Sufro como un marino que presiente la tempestad en el intolerable ambiente de la calma; comprendo, entonces, el horror de la naturaleza entera cuando se ve forzada a pasar del reposo de campos y montes, al fatídico estridor del terremoto». Estos cuentos, que tratan la tumultuosa y reflexiva vida de hombres pensativos y cansados de su existencia en tierra, apelan al futuro que, en cierta forma, el autor prevé para sus personajes.
Además de esta colección de escritos tempranos, la editorial +Quiroga ha compilado y trabajado con los archivos de distintos autores, desde los textos políticos de Horacio Quiroga hasta la gran compilación de artículos de Soiza Reilly Sí, soy uruguayo, pero… (2020), pasando por la reciente compilación a cargo de Martín Bentancor de La leyenda del Mojón y otros poemas narrativos,de Juan Pedro López. El presente trabajo con el archivo de Alejandro Paternain supone un rescate y una revisión de un autor que injustamente comenzaba a perderse en la vorágine del tiempo.
1. «Los objetos en la narrativa de Mujica Láinez: anacronismo y supervivencia», de Cristina Minhondo en Revista Síntesis,n.° 5, 2014.
2. La cacería. Alfaguara, Madrid, 1999.