Junio de 2023. Las canillas de Montevideo daban agua salada, los calefones se rompían y los supermercados agotaban su stock de bidones en pocas horas. La palabra emergencia dominaba los informativos ante el inminente vaciamiento del embalse de Paso Severino, mientras el gobierno anunciaba medidas y obras contrarreloj. El thriller de distopía ambiental al estilo uruguayo alcanzaba su punto álgido tras meses de sequía y descensos sostenidos en las reservas del principal sistema de abastecimiento. Garantizar el agua para la mitad de la población se había convertido en el desafío más urgente del país.
Sin embargo, el desenlace de aquella crisis pudo haber sido distinto. Según una simulación realizada por el Servicio Hidrológico de la Dirección Nacional de Aguas, de haber estado construida y op...
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