Cuando los más pobres emigran de la izquierda y la teología de la liberación hacia la derecha y los cultos evangélicos, el progresismo culpa a los medios masivos. No pueden comprender que siguen una lógica diferente, que no son llevados de las narices, como insinúan no pocos intelectuales. La vida cotidiana en la favela enseña pragmatismo, para adaptarse a los cambios y a los caprichos de los poderes, en el mismo sentido que los académicos se adaptan a las modas del pensamiento. Pero los de abajo, por la simple e imperiosa necesidad.
Viernes de noche en el morro de Timbau, en la megafavela Maré, a unos doscientos metros de la populosa avenida Brasil, siempre atestada de autobuses y coches. Un pequeño grupo de seis personas conversa frente a un minúsculo local que ofrece cervezas artesanale...
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