La transcripción de las leyes a la realidad conoce expresiones muy variadas. En tiempos de Jorge Pacheco Areco, con los 10 mil viejos pesos de un salario mínimo nacional se compraba cuatro veces más que con los 1.145 pesos uruguayos que se pagaban, por ese concepto, en tiempos de su tocayo Batlle Ibáñez.
El 28 de febrero de 2003, el precio de la leche al público, «puesta en el mostrador del comerciante minorista, el litro, envasada en bolsitas de polietileno» (según el decreto del Poder Ejecutivo), se fijó en 8,70 pesos uruguayos. Con un salario mínimo se compraban 135 litros. En 2019, en cambio, con esa prestación, podían adquirirse 556 litros del mismo producto. Hoy alcanza para pagar 518. Y esto aunque la definición del salario mínimo parezca tan clara: se trata –dice la ley– del monto ...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate