Para graficar la situación del país durante la dictadura, suele repetirse una imagen: «Uruguay fue una cárcel política». En el informe «Nunca más», del Servicio Paz y Justicia (Serpaj), se describe el tratamiento que las dictaduras les dispensaron a sus enemigos. En Chile se los fusilaba, en Argentina se los desaparecía y en Uruguay se los encarcelaba. Refiriéndose a los presos, en setiembre de 1979, el coronel Federico Silva Ledesma, presidente del Supremo Tribunal Militar, decía sueltamente: «El Uruguay tiene en este momento 1.600 problemas porque no tiene 1.600 muertos». Ese número creció exponencialmente y el pequeño país, que había sido un ejemplo de solidez democrática, pasó a tener uno de los índices más altos de personas privadas de libertad en el continente. Esa foto tiene más de ...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate