El Consejo de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar) lleva más de un mes analizando la pertinencia de adjudicar compensaciones salariales, de un 70 por ciento, al abogado Juan Pablo Decia y al contador Edgar Cura como asesores académicos del director del Hospital de Clínicas, Álvaro Villar. Con esto, ambos profesionales pasarían a ganar tanto o más que un docente grado 5. La percepción de que se trata de cifras excesivas en un contexto de recorte presupuestal universitario y el hecho de que Cura y Decia han sido cuestionados por su desempeño fuera del ámbito académico motivaron sucesivas prórrogas de las sesiones del consejo en las últimas semanas. En este escenario, representantes de los diferentes órdenes y del gremio de trabajadores no docentes (UTHC) observan que, en su política de reducción de gastos y desarrollo de obras –principal fundamento de Villar para compensar nuevamente a sus asesores–, el director y su equipo han tomado decisiones de espaldas al cogobierno universitario, que debe regir en el hospital.
CONTROVERTIDOS
Cura y Decia ingresaron al Hospital de Clínicas a mediados de 2021, mediante pase en comisión de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). Antes asesoraron a Villar en su gestión como director del Hospital Maciel (2012-2019). Cura, que cuenta con un posgrado de gestión en empresas de salud, fue uno de los implicados en la denuncia penal hecha en 2020 por las actuales autoridades de ASSE, debido a presuntas irregularidades en la Comisión Nacional de Zoonosis (de la que fue director administrativo) y en el Maciel, donde se desempeñó como adjunto a la dirección hasta julio de 2020 (véase Búsqueda, 17-III-22). Ahora el contador está a cargo de la gestión de obras y el mantenimiento del Hospital de Clínicas y, si el consejo le adjudica la compensación, pasará de ganar 127 mil pesos a 216 mil.
Decia, quien se presenta como abogado especialista en Derecho de la Salud, también fue adjunto a la dirección, ordenador de gastos y director del área jurídica del Maciel. Por otra parte, durante años integró la Comisión Disciplinaria de la Asociación Uruguaya de Fútbol, a la que renunció por acusaciones de no ser imparcial por parte de varios clubes. El abogado, que ahora se ocupa de la gestión de recursos humanos del hospital universitario (la digitalización y el ordenamiento de los regímenes de trabajo de los sectores docente y no docente) junto con el equipo contable, incrementará su salario de 72.200 pesos a 122.700 si obtiene la aprobación del consejo. Actualmente, un docente grado 5 percibe un sueldo de 116.954 pesos por 40 horas de trabajo semanal, mientras que uno con dedicación total cobra 187.127.
Villar, quien el miércoles 1 compareció ante el Consejo de la Facultad de Medicina para ofrecer informes sobre la situación del hospital y justificar la votación de las compensaciones salariales, se centró en la reducción de gastos y de personal que realizó con respecto a la gestión de su antecesora, Graciela Ubach. De acuerdo al acta número 172 de la sesión, a la que Brecha accedió, el director dijo a los consejeros que bajó de 18 a ocho la cantidad de integrantes de la dirección y de 16 a cinco en la secretaría. «Con esto hay un ahorro de 14 millones de pesos, que es sustancial si se tiene en cuenta que arreglar una sala de internación cuesta 2,3 millones», argumentó. Tampoco soslayó la reducción de 32 millones de pesos anuales por concepto de «dedicaciones compensadas» ni que, gracias a las nuevas medidas administrativas, logró reducir el monto de multas aplicadas por el Banco de Previsión Social. «Cuando se pide la renovación de Cura y Decia, es por el trabajo que han desarrollado. Han sido fundamentales», sostuvo.
LAS MANOS EN EL FUEGO
Ni las dudas sobre el impacto que tendría en la Udelar la renovación de dos asistentes cuestionados en otros ámbitos ni la cerrada defensa de Villar constan en el acta 172. Pero, según supo este semanario, varios consejeros le preguntaron al director si «las cosas realizadas fuera del ambiente» por estos profesionales no causarían «una dificultad» para el hospital. «Si mantengo el pedido de renovación (con las compensaciones del 70 por ciento), evaluando las denuncias que se han publicado y planteado, es porque no solo mantengo la confianza en el contador Cura, sino que además los planteos que se hacen son falsos. No pondría en riesgo ni mi desempeño ni el del hospital», alegó Villar. Y alentó a los consejeros a no guiarse por las «versiones de la prensa»: «Las denuncias que yo leí en la prensa son de una cuestión tan primitiva que es muy difícil comentarlas». Aseguró que Cura «no tiene que ver» con las referidas a la Comisión de Zoonosis y que, por otra parte, él no habría podido realizar ninguna obra en el Maciel sin la participación «clave» del contador. «Esto se presentó hace dos años en la Justicia. No se le dio ningún tipo de trámite. ASSE no terminó la investigación administrativa ni estableció un sumario. No hay ninguna acusación concreta contra él y, de hecho, mantiene su cargo en ASSE», insistió. A su juicio, Cura no incurrió en «ninguna ilegalidad», por lo cual ofreció «seguridad» en cuanto a su trabajo en el Clínicas.
Los fundamentos de Villar no convencen a buena parte del consejo, que este miércoles volvió a solicitar una prórroga para tratar el tema. «Cuando lloramos porque la Udelar no tiene un mango, ocultamos que hay situaciones de privilegio, como estas. Que el director del Hospital de Clínicas intente que sus asesores de confianza ganen más que un docente grado 5 es una definición ideológica», dijo a Brecha el doctor Yamandú Bermúdez, consejero por el orden de los egresados. Si bien ponderó que Villar asistiera al consejo para dar sus fundamentos e informar sobre la gestión en el hospital, destacó que –según las consultas que hizo en «diversos frentes universitarios»– la actitud del director del hospital se asemeja a la de un rey, «que decide por su cuenta y solo acude a la Udelar cuando necesita que le adjudiquen presupuesto».
En este punto, un sondeo hecho por este semanario entre los representantes de la Comisión Directiva del hospital y en el gremio de funcionarios no docentes parece ir en la misma línea que la del veterano consejero. En estos ámbitos, hay quienes entienden que el director –excandidato frenteamplista a la Intendencia de Montevideo en 2019– maneja el centro de salud universitario con un perfil político y empresarial. «Parece desconocer los méritos universitarios para la gestión. Y el manejo de Decia en recursos humanos ha resultado degradante para varios docentes que renunciaron bajo presión o fueron desechados con la salida de Ubach», dijo a Brecha un exintegrante de la comisión del hospital –órgano encargado de controlar al equipo de dirección–, quien pidió mantener su identidad en reserva para no caldear la relación interna.
En la UTHC, gremio con el cual Villar dice tener «un diálogo muy bueno», algunos dirigentes opinan que el jerarca «hace y deshace» sin contemplar el cogobierno universitario. «No tiene en consideración los organismos de la Udelar. Ha presentado proyectos a la prensa y hecho planteos públicos sin que hayan sido conversados ni discutidos en los órganos de la universidad, como se hacía antes», cuestionó un dirigente que también pidió anonimato, en este caso por «temor a represalias». Por otra parte, entiende que la «austeridad» que plantea el equipo de dirección con una reducción en horas extras y horas compensables para los trabajadores «se contradice» cuando Villar plantea compensaciones «siderales» para sus asesores. En el orden estudiantil, en tanto, no hay ambiente para avalar las pretensiones del director. Uno de los voceros sugirió que la reducción de cargos en la dirección no responde a un propósito de austeridad, sino a la intención de rodearse de personal de confianza traído del Maciel para bajar las chances de que otros objeten su trabajo.
La semana próxima el consejo de Medicina volverá sobre el tema. Por el momento, no parece haber mayoría a favor de Villar, con lo cual los asesores mantendrían el salario que ya perciben. «Todo este asunto, que encierra una definición ideológica del director, merece un debate y merece ser conocido por la población. Hay que ver si se pretende una institución educativa pública con actividades docentes, de investigación y de extensión o si se quiere manejar una empresa», opinó Bermúdez.