El ocultamiento de información sobre Gaza por las plataformas sociales: Política de censura - Semanario Brecha
El ocultamiento de información sobre Gaza por las plataformas sociales

Política de censura

En medio de la masacre, organizaciones sociales y de derechos humanos denuncian que las principales plataformas sociales están censurando de distintas maneras la información crítica con Israel.

FEDERICO GUTIÉRREZ

La actual avanzada militar de Israel sobre Palestina (que no se restringe a los ataques militares en Gaza, sino que también incluye la menos orgánica pero sostenida agresión a los palestinos de Cisjordania) no solo está arrasando con las comunidades palestinas de la región, convirtiendo ciudades en polvo, asesinando, hasta el momento, a más de 20 mil personas (entre ellos miles de niños y una centena de periodistas), desplazando a los 2 millones de habitantes de la región y provocando una crisis sanitaria y alimentaria de dimensiones inusitadas, sino que está dificultando el acceso a información de calidad. Al sesgo pro-Israel que adoptó gran parte de los medios principales de Occidente se le suma el doble criterio de las plataformas para tratar la información, que incluye distintas formas de censura a contenidos críticos con Israel.

La empresa que ha recibido más denuncias de censura es Meta (propietaria de Facebook, Instagram, Threads y WhatsApp), que ha sido acusada por organizaciones, activistas y usuarios individuales de censurar contenidos y cuentas asociadas a Palestina o críticas con Israel. En algunos casos esta censura operó de forma directa, cerrando las cuentas de usuarios que publican asiduamente contenido relacionado con la avanzada israelí o bajando contenidos de manera arbitraria, algo que señaló el Oversight Board de Meta (organismo independiente que asesora acerca de moderación de contenidos, Reuters, 19-XII-23). Pero, en otros, la censura operó de maneras menos explícitas.

Gran cantidad de contenidos legítimos que muestran la situación en Gaza y Cisjordania o que comentan críticamente la actuación del Ejército israelí o ciudadanos y funcionarios israelíes han sido etiquetados como falsos debido a algunos cambios en la política de moderación de las plataformas de Meta (The Wall Street Journal, 21-X-23).

Al mismo tiempo, varios usuarios de Facebook e Instagram vieron que sus publicaciones comenzaron a tener menos visualizaciones luego de empezar a publicar contenidos críticos con Israel. Esto, que es llamado shadowbanning (exclusión a la sombra), primero fue adjudicado por Meta a un bug en el código del algoritmo que define los contenidos que ven los usuarios y que ya había sido solucionado, pero los usuarios siguieron viendo una merma en sus visualizaciones aun después de esa supuesta aclaración de la empresa (TechCrunch, 19-X-23). Por si fuera poco, muchos usuarios observaron que los traductores automáticos de árabe a inglés de las plataformas traducían «palestino, gracias a Dios» como «los terroristas palestinos luchan por su libertad» y mostraban otras traducciones equivocadas, que no se daban si se escribía «gracias a Dios» sin incluir la palabra Palestina ni la bandera palestina (Ars Technica, 20-X-23).

Además, no es la primera vez que Meta es acusado de censurar los contenidos palestinos o críticos con Israel. En 2021, un informe de una consultora independiente, solicitado por el Oversight Board, señaló gran cantidad de problemas en los algoritmos y la moderación de contenido durante los bombardeos israelíes a territorios palestinos en mayo de 2021 (BSR, 22-IX-22). Luego del informe, Meta aseguró que seguiría 20 de sus 21 recomendaciones (The Intercept, 21-IX-22), pero la actual situación parece mostrar que el informe no fue tomado en cuenta.

Esta censura no solo ha originado reclamos de parte de usuarios palestinos, sino de usuarios de todo el mundo que se vieron afectados, así como de organizaciones como Human Rights Watch (21-XII-23) y de la senadora estadounidense Elizabeth Warren (The Guardian, 15-XII-23).

Si bien las de Meta fueron las más señaladas, los usuarios de las demás plataformas masivas de Occidente también han declarado tener problemas al publicar contenidos acerca de lo que sucede en Gaza y Cisjordania. Usuarios de TikTok observaron que las visualizaciones de sus videos son inusualmente bajas luego de publicar contenidos sobre Palestina con palabras como genocidio o los hashtags #FreePalestine y #IStandWithPalestine o que refieren a las masivas manifestaciones efectuadas en todo el mundo en apoyo a la población palestina. En otros casos, los videos tienen muy buen rendimiento durante unas pocas horas, pero dejan de tener visualizaciones demasiado rápido. Los usuarios también afirmaron que, luego de observar esto por primera vez, notaron que otras de sus publicaciones, de temas diversos, también desaparecían de los feeds (Al Jazeera, 24-X-23).

X (anteriormente llamada Twitter) también ha sido señalada por varios problemas. En primer lugar, se convirtió en los últimos meses en un gran difusor de cuentas que publican o difunden información falsa o que promueven negocios con apariencia de estafa piramidal. Durante las últimas semanas, muchas de estas cuentas han sido una parte importante de la guerra informacional acerca del conflicto (como antes lo fueron con la invasión rusa a Ucrania) al difundir información falsa favorable tanto a Hamás como a Israel y promover narrativas conspiracionistas acerca del ataque de Hamás del 7 de octubre o negacionistas del sufrimiento de los palestinos durante los meses siguientes (France 24, 21-XI-23).

X, presentado por su propietario como un oasis de libertad de expresión (excusa que usa para no cancelar o para volver a habilitar cuentas de extremistas de ultraderecha), también ha ejercido censura directa. El 9 de enero, varias cuentas de algunos usuarios reconocidos en la plataforma, bastante activos y críticos con Israel, entre ellos periodistas como Alan MacLeod (MintPress), Ken Klippenstein (The Intercept) y Steven Monacelli (Texas Observer), habían sido suspendidas sin explicación (Vice, 9-I-24), aunque unas horas después fueron rehabilitadas.

Es importante tener en cuenta que Israel es una potencia mundial en términos de seguridad y guerra informática. Los organismos de seguridad israelí tienen unidades dedicadas especialmente al espionaje, la vigilancia y la desinformación, como la conocida Unidad 8200 de las Fuerzas de Defensa de Israel. Pero el sector privado de tecnologías aplicadas a conflictos es igual de importante, destacándose grupos como NSO Group (responsable del sistema de espionaje Pegasus) o Psy Group (que cerró en medio de las investigaciones por su vínculo con Cambridge Analytica; véase «El Espía», Brecha, 23-VII-21) y, más recientemente, los mercenarios informáticos del Team Jorge, que aseguran haber manipulado la opinión pública para interferir en los procesos electorales de más de 30 países (Haaretz, 16-XI-22).

La censura y la desinformación son ya un fenómeno grave por las consecuencias en la opinión pública, pero en el caso de Gaza, en el que la infraestructura ha sido arrasada por los bombardeos y no hay ningún canal claro de información acerca de lugares seguros, caminos transitables, disponibilidad de los escasos recursos básicos o del acceso a la salud, las plataformas sociales pueden ser la principal fuente de información vital. Por ello, varios activistas han señalado que esta censura y desinformación están costando vidas (Wired, 21-X-23).

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