Dani Umpi ya cumplió 43, y en los últimos años de su vida dice haber estado como en el aire. Vive en Buenos Aires pero se ha vuelto nómade; viaja y siempre vuelve a Uruguay. “Lechiguanas”, su último disco, tardó dos años en concretarse. Un trabajo más personal, propio, repleto de amuletos y referencias bíblicas, un electropop potente con toques de house, candombe, música brasileña y referencias que van desde Tori Amos a “El Evangelio según San Mateo”. Un disco de reconciliación personal, de magia e inconsciente, de mostras y fiesta, que se presenta el próximo domingo 22 en el marco del Contrapedal Fest.
—¿Qué tanto tiene que ver Buenos Aires con lo que terminó siendo Lechiguanas?
—No me gusta pensar geográficamente. Soy muy poco patriota, no desarrollo mucho las raíces. Y a la vez es el di...
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